Economistas y empresarios apuestan por mejoras estructurales y más inclusión.

Santo Domingo, RD.-La inflación es el indicador macroeconómico que más ha generado preocupación a lo largo de este año, debido a su impacto sobre costos de producción y precios finales, hechos que al final se reflejan en el desempeño de los sectores productivos del país. Sin embargo, al analizar su impacto durante el II Foro Económico elDinero 2022, la cuestionante fue: ¿cuáles son las expectativas para economistas y empresarios de cada a 2023?

Con el último aumento que realizó el Banco Central dominicano (BC) a la tasa de interés de política monetaria (TPM) de 25 puntos básicos, pasándola de 8.25% a 8.50% anual, la entidad proyecta que la inflación converja un rango meta de 4% ± 1% antes que finalice junio del próximo año. No obstante, la estimación al cierre del 2022 es alrededor de 7%.

Ante este panorama, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Pedro Brache, sostuvo que las expectativas se mantienen positivas en el sector privado y que estarán apostando a la inversión. “El empresariado independientemente de lo que está pasando debe mirar con optimismo el año entrante y ejecutar sus planes de negocios o nuevos proyectos, ya que la economía dominicana se mantiene estable y con buen respaldo”, dijo.

”República Dominicana, al igual que los demás países de los mercados americanos y europeos, aplicaron políticas monetarias agresivas buscando un balance de inflación, medidas que han sido necesarias”, indicó Brache, tras proyectar que el país tendrá un crecimiento económico para el 2023, entre un 4.5% y 5% con respecto al producto interno bruto (PIB), estimación que el BC y la banca internacional también apuntan para el cierre de este año.

En ese sentido, Jorge Subero, vicepresidente ejecutivo de Cap Cana, expresó que las inversiones durante la crisis han impulsado al turismo, como resultado, es uno de los principales sectores de empuje dentro de las actividades productivas del país, aportando a la resiliencia y la recuperación económica.

Brache recordó que si bien el Gobierno debe gestionar la forma de aumentar sus niveles de recaudación, ha de tomarse en cuenta que cuando se aplican cargas impositivas a los bienes y servicios, los que terminan pagando más son los consumidores finales, no los empresarios o productores de esos bienes.

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Para Miguel Collado Di Franco, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees), en la inflación dominicana sopesa más el componente interno que lo externo, es decir, el “manejo de la deuda pública y la gestión de lograr mejores ingresos fiscales para bajar el déficit”, que el alza de las materias primas o commodities de los mercados internacionales.

Collado entiende que para el 2023 debe primar un plan-nación, ya que está “ausente el pensar primero como Estado” dentro de la política financiera dominicana para no continuar con el ritmo de endeudamiento, por lo que propone una reforma estructural fiscal que, “no necesariamente significa aumentar los impuesto”, aclaró.

El economista ponderó que “las coyunturas de crisis en la que se ha dado el nivel más alto de endeudamiento que refleja el país, no exime al Gobierno de responsabilidad de no pensar que esa deuda tiene un costo que ya representan un 3.3% del PIB solo los intereses”. Además, tiene una participación del 24% cuando se lleva a la proporción de los ingresos tributarios.

Brache concuerda con esta reforma estructural y sostiene que “debe ser con un sentido de inversión que promueva el crecimiento”, direccionado a generar bienestar social y, que los impuestos sean progresivos, no regresivos en detrimento de la clase media. También, criticó que aún en el país no se tenga bien claro el “modelo económico” que se amerita, a pesar de que la economía criolla crece todos los años y es una de las principales de la región.

El economista Haivanjoe Ng Cortiñas señaló que las medidas para frenar los niveles de la inflación por parte del BC fueron tardías, debido a que “nosotros tenemos inflación persistente desde hace más de 26 meses y fue en noviembre del 2021, cuando la autoridad monetaria reaccionó subiendo de 3% a 3.5% la tasa de política monetaria (TPM)”.

Cortiñas apuesta a que las autoridades en el 2023 incrementen el salario mínimo de los trabajadores en general, porque la inflación ha mermado el poder adquisitivo al subir los precios de los artículos de consumo de la canasta familiar.

Sostuvo que el Gobierno es responsable, en parte, del nivel alto de la inflación, porque gastó sobre el presupuesto original del 2020 y 2021 más de RD$206,000 millones, “casi exactamente la liquidez” que le inyectó a la economía el BC.

Reconoce que el país ha crecido en los últimos años y espera lo propio para este, ya que “pasamos de US$88,000 millones del PIB en 2019 a más de US$112,000 en 2022”, Sin embargo, apunta que este desarrollo “no ha impactado positivamente ni ha sido inclusivo”, porque más del 70% de la población que genera ingresos monetarios, tienen los mismos sueldos por debajo del mínimo mayor: “Espero que esto mejore en el año entrante”, dijo, durante el panel moderado por el periodista Esteban Delgado.

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Por El Dinero