“Venir de una familia artística hay muchas cosas buenas y muchas cosas malas también, es crecer con un peso, es crecer con mucha gente con grandes expectativas sobre ti, que no es justo porque uno aún está desarrollándose», comenta sobre sus inicios.
Techy Fatule no dejó que los “hater” en las redes sociales, con comentarios dañinos e hirientes, destruyeran sus sueños artísticos. No le dio lugar en su vida a quienes la invitaban a dejar de cantar y dedicarse a otro oficio. Fue la época en que empezaba a tener presencia en bares y restaurantes. En esos lugares de comida y bebidas escuchaba más fuerte el sonido de los tenedores que el de los aplausos. Sin embargo, su ilusión la mantenía en esos escenarios.
En algún momento se dedicó a trabajar en la radio y la televisión, siguiendo los pasos de sus padres. Entonces sí tuvo razones para llorar. Le lloró a su madre, Tania Báez, y a su hermana, Karla Fatule, porque sentía una tristeza muy grande por el hecho de dedicar tiempo a algo que, como los medios de comunicación, no le emocionaba tanto como la música.
Ella sentía que su vida estaba en el escenario, cantando y en su estado más natural escribiendo.
Antes, a su familia se le llegó a denominar “Las Kardashian dominicanas”.
A Techy no le agradaba la comparación, sobre todo porque ahora ya no está dispuesta a mostrar, con frecuencia, su vida personal como lo hacía antes.
Su hijo y su esposo ya no se les ve publicados continuamente en las redes sociales. Reconoce que tuvo una vida pública desde muy niña, y no quiere llevar a su hijo a ese mundo, si él no lo desea.
Para Techy una de las mejores cosas que le han pasado en su vida es venir de una familia artística, y es que esto le ha permitido ver el arte de una forma muy natural. Eso le dio ciertos permisos –asegura- para desarrollar el arte a temprana edad. Estudió actuación, piano, locución , guion, comedia, en la universidad se formó en música, teniendo muy claro su norte, sin pensar en otra cosa que no fuera ser artista.
“Venir de una familia artística hay muchas cosas buenas y muchas cosas malas también, es crecer con un peso, es crecer con mucha gente con grandes expectativas sobre ti, que no es justo porque uno aún está desarrollándose. Tu no sabes, todavía bien, cuál es tu identidad y ya hay gente emitiendo opiniones sobre ti”, expresó en una entrevista con LISTÍN DIARIO.
Estas expectativas, aunque no marcaron su vida, reconoce que fue muy difícil, sobre todo cuando muchos esperaban de manera negativa. Sobre esta actitud Techy lo ve como algo natural del ser humano.
“No estoy diciendo que todo el mundo lo hacía, pero sí sentí por mucho tiempo (expectativas negativas y críticas malsanas) pero si hay algo que me la doy es que a mí nada de eso me detuvo. Aunque fue muy difícil, tuve que buscar mi camino en medio de muchos tropiezos y fracasos que fueron públicos.. si el tema del peso era público… siento que nosotros dimos mucha apertura al público sin saber lo que venía con las redes sociales, pero si hay algo que me siento orgullosa es que nunca me he llevado de eso. Me caigo, me doy y me sacudo”.
Este nadar contracorriente llevó a Techy a dudar de su talento. “Sí, llegué a dudar de mí, llegué a decir que quizás ellos tenían razón, y me decía quizás no doy para esto”.
Pasando por esta travesía Techy nunca buscó consuelo en su familia, pues sabía que se trataba de aspectos naturales que viven los artistas. “Esto es parte de mi trabajo y lo asumo”.
Afincada como una cantautora (más de 500 canciones escritas) y una intérprete de distintos géneros y ritmos con los que ha recolectado la admiración de una diversidad de público.
Este sábado 13 de septiembre presentará su trayectoria musical en Escenario 360 en donde pondrá de manifiesto su evolución musical y las novedades de su propuesta.
Logró su identidad
El trabajo continuo le permitió encontrar su identidad musical. Realizó decenas de conciertos en bares, restaurantes, en todos los lugares que le contrataban. Allí cantaba covers (canciones de otros artistas) y con el tiempo fue introduciendo algunas de las suyas.
Como artista iba descubriendo su personalidad, de esta experiencia es que nace la admiración hacia los artistas que cantan en estos tipos de lugares.
“Porque la gente no está ahí para verte, la gente va ahí para pasarla bien, entonces tienes que hacer conciencia que tienes que entretener suficiente para que la gente se olvide que está comiendo y entonces te mire. Es un fogueo muy fuerte, yo se lo recomiendo a todos los artistas que están empezando”, afirma.
En la música, a la artista de 38 años no le gusta encasillarse y se observa su evolución y trabajo en diferentes géneros musicales en sus cinco álbumes “A su tiempo”, “Capítulo 1” y “Sie7e”, en el álbum en vivo “Que viva el puto romance”, y en su más reciente producción, “Mis Merengues Favoritos Live Album Vol.1”.
“Pienso que soy como muchos artistas de emociones, de etapas, de momento, y yo estaba muy conectada con la balada que siempre ha estado muy presente en mi vida, tanto como intérprete y autora”, comenta. Y aún así ha transitado por el merengue, rock, pop y ahora en la bachata, con su nuevo tema “Cariñito, que tiene un videoclip producido por su hermana Karla.
Por: Ynmaculada Cruz Hierro