Barahona. A una semana de los estragos causados por los efectos del huracán Melissa y una onda tropical que generaron fuertes lluvias sobre el municipio cabecera de Barahona. Residentes del sector Los Guandules narran la triste realidad que les ha tocado vivir tras el desbordamiento del afluente natural conocido como “Arroyito”, el cual provocó la división de la principal vía de acceso, donde residen unas trescientas familias.

Milin Batista, residente en el sector afectado, entre el lodo y los escombros, pidió la intervención del presidente Luis Abinader ante la mirada indiferente de las autoridades locales.

De su lado, Mari Féliz Féliz, ama de casa, indicó que perdió todos sus ajuares tras la repentina crecida del afluente.

El adulto mayor Óscar Pérez relató que, al intentar cruzar la fuerte corriente del río Arroyito, salvó su vida gracias a la intervención de un adolescente que lo sostuvo. Pues de no ser así, habría sido arrastrado por las aguas.

Situación similar enfrentan transeúntes y conductores de vehículos, quienes describen el panorama como “una escena tomada de una película de terror”. Debido al deterioro de las principales vías de acceso, que lucen completamente desoladas.

“El río Arroyito”

Es un afluente natural que nace en las montañas de las comunidades Santa Elena y el Distrito Municipal de La Guázara. Desde hace más de cuatro décadas, cada vez que el municipio cabecera de Barahona recibe los embates de los fenómenos naturales, el afluente se desborda, dividiendo a su paso el sector Los Guandules, ubicado en la parte alta del cementerio municipal Américo Melo.

El caudal del río atraviesa la principal vía de acceso al camposanto, dificultando en muchas ocasiones el traslado de los féretros hasta el lugar.

En su recorrido, el río penetra a la calle Alcides Vélez, en el sector Palmarito, inundando cientos de viviendas. Para luego desembocar en la avenida Casandra Damirón, una de las principales vías de acceso al municipio de Barahona.

Conocido históricamente como “Arroyito”, también causa estragos en la avenida Antonio Suberví, que conduce al Centro UASD-Barahona, inundando la entrada principal y las áreas verdes. Tras meses de su desbordamiento, sigue provocando malestar entre docentes, personal administrativo y estudiantes de la academia.

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