Pueblo Viejo, Azua.- Lo que debería ser una comunidad tranquila se ha convertido en un foco de contaminación y malestar, moradores del municipio Pueblo Viejo acusan a un pastor evangélico de haber construido un local comercial encima del drenaje pluvial, provocando el taponamiento de las aguas negras, que ahora corren a cielo abierto.

Según denuncias, la estructura bloquea el flujo natural del sistema de desagüe, provocando un estancamiento peligroso justo al inicio de la calle que conduce al cementerio. “Aquí no se puede ni respirar, este hedor enferma”, dice con indignación Santa Fidelina, comunitaria de la zona.

Marciel Pérez, otro residente afectado, señala que el local pertenece a un pastor que también es dueño de una embotelladora de agua. Asegura que los desechos líquidos de la planta están alimentando el foco de aguas negras, agravando aún más la situación.

Pero el pastor no es el único en la mira. La comunidad también culpa al alcalde Víctor Figuereo de guardar silencio ante la situación. “Sabe todo y se hace el chivo loco”, afirman los residentes, quienes sienten que su salud está en juego.

“Ya no pedimos, exigimos solución. Aquí hay niños, ancianos y enfermos, y esta agua negra es una bomba de tiempo”, dijo Fidelina, mientras mostraba el área afectada.

También denuncian que, pese a múltiples quejas, ni el ayuntamiento ni el dueño del local han dado respuestas concretas. “El pastor se lava las manos como Poncio Pilato”, sentenció un comunitario.

La comunidad clama por una intervención urgente de las autoridades provinciales y del Ministerio de Salud Pública, antes de que lo que hoy es una molestia, mañana se convierta en una tragedia.

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