Más de la mitad de los ocupados en República Dominicana no cotiza en el sistema previsional, lo que complica su protección en la vejez.

Santo Domingo.-En República Dominicana, el mercado laboral está ocupado por 5.1 millones de personas, de las cuales 2.7 millones están en la informalidad, equivalente a un 53.4%. Esto significa que, por operar en la informalidad, no ahorran para una pensión en la vejez, debido a que no son cotizantes en el sistema de seguridad social.

Fue durante el conversatorio “Nuevas tendencias en pensiones”, organizado por la Superintendencia de Pensiones (Sipen), donde el economista sénior de Protección Social del Banco Mundial, Ignacio Apella, señaló que la alta informalidad plantea un desafío para la inclusión de más cotizantes al sistema de seguridad social.

“Están los médicos, los diseñadores, los ingenieros, los arquitectos, quienes tienen un alto nivel de calificación y de ingreso, pero en el otro extremo también tenemos el electricista, el plomero, el jornalero, y no tienen capacidad de contribución, porque es comer hoy o ahorro para la pensión”, indicó Apella al tiempo de explicar que, aunque en América Latina el trabajo independiente se está incrementando, en República Dominicana es una “característica particular”.

De la informalidad a la formalización

Asimismo, destacó la necesidad de una política pública que promueva la formalización de los trabajadores independientes que tienen capacidad de ahorro de largo plazo.

Instó al Gobierno a revisar si hay espacio fiscal para poder plantear un piso de protección social universal para todos los adultos mayores, así como la pensión contributiva. No obstante, admitió que incorporar más personas al sistema de pensiones requiere dinero, por lo que resaltó la importancia de mecanismos para lograr diseños alternativos.

De su lado, el secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), Pedro Kumamoto, afirmó que una buena práctica de la región que podría implementarse en República Dominicana es un sistema de fidelidad y de consolidación del ahorro a través del consumo.

Un porcentaje del valor de cada bien o servicio adquirido no se convertirá en puntos de fidelidad tradicionales, sino que se destinará directamente a una cuenta de ahorro individual. Este mecanismo, de acuerdo con Kumamoto, convertiría cada transacción en una oportunidad de acumulación, funcionando como un “ahorro por consumo” que deposita una fracción de cada compra en el saldo personal del usuario.

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Por El Dinero