Santo Domingo, RD. – Cuando la fama, el reconocimiento y el ruido de los fanáticos envuelven la vida de los artistas, muchos suelen extraviarse y olvidarse de su esencia.

Para figuras como Manny Cruz, Alá Jazá y Sergio Vagas mantener el contacto con sus raíces y su gente ha sido vital para sobrellevar la falsa vida que le rodea el mundo artístico.

A Emmanuel Jiménez, artísticamente conocido como Alá Jazá, le llegó el éxito de un momento a otro. Es así como se vio rodeado de personas que se hacían llamar sus amigos, pero la joven arista seguía lo que pedía su corazón, estar con su gente y en contacto con la naturaleza, en el campo, en Jarabacoa, municipio situado en la provincia de La Vega.

Desde allí siempre se le vio compartir con “La vieja Mime”, como le llaman a Ana Porfiria Rodríguez, una señora de 76 años, familia de su madre y a quien considera su prima.

“Mime es tal cual como la vemos en los videos que subo en las redes sociales, a mí me gusta compartir con ella porque me mantiene aterrizado y con los pies en la tierra. Yo siento un gran cariño por Mime y sé que, igual, ella lo tiene por mí. Es una mujer sabia, que me aconseja y que me ama sin ningún tipo de interés”, nos cuenta Alá Jazá al conversar con LISTÍN DIARIO.

Con el cambio de vida no han faltado quienes le han aconsejado que sea preferible vender su imagen alejada de sus orígenes y así proyectarse a otras dimensiones. Como buen cristiano el merenguero también se ha encargado económicamente a “La vieja Mime” asistiendo en todo lo necesario.

Manny y Antonín
Son muchos los dominicanos que disfrutan las ocurrencias de Antonín La Misma y Manny Cruz en las redes sociales. Para Manny Antonia es parte de su familia, es una especie de tía, a la que ama intensamente y por la que estaría dispuesto hacer cualquier cosa para defenderla y apoyarla.

Hace 18 años Antonín llegó a la vida de la familia Cruz y se convirtió en una especie de ángel para todos. El humor innato, el amor por sus semejantes y su buena disposición para el trabajo hizo que se ganara el corazón de todos.

“En mi caso fue mi protectora y compañera en los momentos más difíciles de mi vida. Cuando mi familia se quedó en Miami y yo regresé a vivir solo al país, Antonín estuvo ahí conmigo, haciéndome compañía y ayudándome en todo lo necesario”, cuenta.

Antonín ha recorrido cada paso con Manny y además de sustentar su vida económicamente, es un integrante más de su familia, la que formó junto a la bailarina Yeri Peguero y su hijo Mateo, y de su carrera artística, así la hemos visto en el videoclip de la canción “Santo Domingo”, unos de los éxitos recientes de Manny en donde ella tiene una participación importante.

“Desde que la gente me ve en la calle lo primero que me pregunta es dónde dejaste a Antonín. Creo que escribiré un libro y le pondré ese título, porque es una constante siempre, luego me preguntan por Mateo, Yeri y después me hablan de música”.

Recientemente Manny contribuyó con el lanzamiento de la carrera artística de Dany Yanes, joven cantante al que Manny conoció en la Zona Colonial y con quien grabo el tema “El idiota”, a ritmo de merengue.

“Con Dany se dio algo extraordinario, su voz me cautivó y su talento como compositor es extraordinario. Grabé con el tema porque además era una manera de proyectarlo como cantante. Creo que Dios me ha dado demasiado y me siento muy agradecido con el Señor, así que si puedo ser la vía o el puente para ayudar a otros a conseguir sus sueños, lo voy a hacer, porque yo también encontré gente que me empujó” , recuerda.

Sergio Vargas
En Villa Altagracia Sergio Vargas es una especie de “padrino’ para muchos necesitados que tienen en él a un aliado. Desde sus primeras apariciones en televisión a inicio de la década de los 80, gritó al mundo lo orgulloso de su pueblo.

Desde entonces se convirtió en el motor y la guía de toda su familia, a la que siempre ha ayudado económicamente, asistencia que ha extendido a amigos y allegados. Después de un tiempo regresó a vivir a Villa Altagracia en donde recibe a diario a toda clase de persona, sin importar las condiciones.

“En esta casa se cocina para todo el que llegue a comer, no importa quien sea. Amo mi pueblo y aquí moriré con mi gente”, dijo el merenguero.

ALÁ JAZÁ

“No voy a cambiar”.
“Por ningún dinero del mundo voy a cambiar, no voy a dejar de disfrutar de mi campo y de mi gente. Es lo que realmente me hace feliz estar en el campo, con mi familia y con mi prima Mime, esa es la verdadera esencia de la vida”, sostuvo.

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