Santo Domingo, RD.- En su reunión de política monetaria de febrero de 2020, el Banco Central (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 4.50% anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo.

La inflación mensual de enero fue de 0.33%, mientras que la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.41% en enero. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de febrero de 2019 a febrero de 2020, se ubicó en 4.17%, manteniéndose dentro del rango meta de 4.0% ± 1.0%. Hacia adelante, tanto las expectativas de inflación de los analistas económicos como el sistema de pronósticos del BCRD, señalan que la inflación se mantendría en torno al valor central del rango meta durante el año 2020.

En el entorno internacional, se ha incrementado la incertidumbre acerca del impacto negativo que está generando el coronavirus en la economía China y su potencial efecto en el crecimiento mundial, pudiendo agravar el proceso de desaceleración de la economía global que había estado afectado por las disputas comerciales y las tensiones geopolíticas en distintas regiones del mundo.

Es importante destacar que previo a la propagación más acelerada del coronavirus que se ha observado en las últimas semanas, Consensus Forecasts (CFC), que agrupa las principales firmas de analistas que realizan proyecciones a nivel internacional, había proyectado una moderación del crecimiento mundial, que pasaría de 2.5% en 2019 a 2.4% para 2020. De continuar la tendencia de contagio que exhibe el virus, se espera que estas proyecciones se sigan corrigiendo a la baja debido a sus efectos sobre la producción, el comercio y el turismo a nivel global.

En Estados Unidos de América, la actividad económica se ha desacelerado gradualmente como consecuencia de la ralentización de la inversión privada y de las exportaciones. En efecto, Consensus Forecasts proyecta que el crecimiento estadounidense se moderaría de 2.3% en 2019 a 1.9% en 2020.

En este contexto y con bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal mantiene una postura monetaria acomodaticia, continuando los programas de provisión de liquidez al sistema financiero a través de acuerdos de recompra (REPOS) de hasta US$125 mil millones y de compras de letras del Tesoro en el mercado secundario por USD 60 mil millones mensuales.

Ante la propagación del coronavirus que ha causado una caída generalizada en los principales mercados bursátiles del mundo, el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell expresó el pasado viernes que se mantienen alertas al incremento de los riesgos sobre la economía estadounidense y preparados para usar sus herramientas, lo que implicaría nuevas reducciones en la tasa de interés de fondos federales durante el presente año.

En cuanto a la Zona Euro, el crecimiento económico se ha deteriorado hasta 1.2% al cierre de 2019 y Consensus proyecta una expansión aun menor de 0.9 % para 2020. La desaceleración de este bloque de países ha estado influenciada por el débil desempeño del sector industrial en sus principales economías y la ralentización del comercio internacional.

Considerando la ausencia de presiones inflacionarias, el Banco Central Europeo continúa implementando un paquete de medidas expansivas que incluyen una tasa de interés negativa para los depósitos de corto plazo de las entidades financieras, el programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito al sector privado y la compra de títulos de deuda soberana en el mercado secundario por 20,000 mil millones de euros mensuales.

Por otro lado, en América Latina se ha acentuado el debilitamiento de la actividad económica como consecuencia de los conflictos sociopolíticos en varios de los países de la región. De este modo, el FMI estima que la region habría crecido apenas 0.1 % en 2019 y proyecta una recuperación de 1.6 % en 2020. La desaceleración económica de la región observada durante el 2019 ha estado influenciada por tasas de crecimiento negativas en México, Venezuela, Nicaragua, Argentina y Ecuador, así como por la modesta expansión de Brasil y el impacto negativo de las manifestaciones sociales en Chile, Bolivia y Colombia.

Cabe destacar que, ante el potencial impacto del coronavirus, las perspectivas económicas de las economías más grandes de la región latinoamericana pudieran deteriorarse más allá de lo previsto, debido a sus vínculos comerciales con China y su condición de exportadores de bienes primarios, principalmente alimentos y metales.

En efecto, el precio de la mayoría de las materias primas ha disminuido significativamente, destacándose que el precio del petróleo intermedio de Texas cerró el mes de febrero por debajo de US$45 dólares el barril, condicionado por las perspectivas de una menor demanda mundial. Sin embargo, el precio del oro se ha mantenido elevado, ubicándose por encima de los US$1,500 por onza troy al cierre de febrero, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre. Este comportamiento de los precios del petróleo y del oro favorece los términos de intercambio de la República Dominicana y beneficia al sector externo de la economía.

En el contexto doméstico, la economía ha reaccionado favorablemente a las medidas de flexibilización monetaria, las cuales impulsaron la demanda interna a través de un mayor consumo e inversión privada, lo que resultó en un crecimiento interanual de 5.1% en 2019, el más alto de América Latina. Al cierre de febrero, el crédito privado en moneda nacional ha continuado mostrando un alto dinamismo, reflejado en una tasa de expansión superior al 12 interanual. Se prevé que las condiciones monetarias favorables continúen apoyando la demanda interna y que la economía se expanda en torno a su potencial durante 2020.

Debido a que en los últimos años República Dominicana ha fortalecido sus fundamentos macroeconómicos, como país se encuentra mejor preparado que otras economías emergentes para sortear el panorama internacional adverso, caracterizado por una alta incertidumbre debido al potencial impacto del coronavirus sobre la economía mundial. En este contexto, se hace necesario preservar la estabilidad económica, dando seguridad y certidumbre a los agentes privados de forma tal que se mantenga un ambiente propicio para sostener la inversión y el crecimiento, especialmente en un entorno doméstico afectado por el ciclo electoral.

En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa y las remesas continúan mostrando un buen desempeño, compensando la moderación reciente del turismo y contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio y a continuar fortaleciendo las Reservas Internacionales, las cuales ascienden en la actualidad a casi 10 % del PIB. Por otro lado, en el sector fiscal, se mantiene el proceso de consolidación de las finanzas públicas, previéndose que se alcanzaría un déficit de 2.2% del PIB al cierre del presente año.

El Banco Central de República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento al potencial impacto del coronavirus en la economía mundial y a los demás factores de incertidumbre tanto externa como interna y sus efectos sobre la demanda agregada, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.

Comparte la Noticia:

Por El Dinero