En República Dominicana las importaciones (93%) son mayores que las exportaciones (6%) tanto en volumen como en lo monetario, entre 2018 y octubre 2022.

Santo Domingo, RD.- En la cadena de valor de un producto son varios los sectores que ejercen un rol importante y, a la vez, los que se benefician. La actividad económica de la pesca cumple ese cometido en las 17 zonas costeras de República Dominicana, sobre todo en la provincia Barahona, donde es uno de los principales motores que mueve el comercio, bienes y servicios. Sin embargo, su informalidad y la carencia de herramientas adecuadas limita su incidencia.

El valor bruto de la producción, que es la suma total de todo el aporte de la sociedad o el generado por una área productiva, se reportó en el sector agropecuario a precio corriente en RD$237,351.9 millones al cierre del 2021. De este monto, la pesca registró RD$3,275.2 millones, es decir, el 1.3%. Asimismo, promedió un valor de RD$2,395.5 millones entre 2015 y 2020, siendo este último año el de mayor ponderación con RD$2,883.2 millones, según el Ministerio de Agricultura (MA).

Gilles Van de Walle, jefe de la Dirección de Proyectos de la División de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informó que la demanda genera un mercado y eso es lo que está pasando con la pesca en Barahona, por lo que tiene mucho potencial de desarrollarse.

Hace cuatro años Barahona contaba con el 4.5% (680) de los pescadores registrados en República Dominicana, que era cercano a los 15,000. Hogares con una persona dedicada a la pesca reportó 503, con dos parientes tenían 133 pescadores, por cada tres reportaron 30 y con cuatro o más integrantes registraron 14. Asimismo, poseía el 7.2% (15) de los desembarques y era la tercera con más embarcaciones con 531, detrás de Puerto Plata (873) y Samaná (2,168), respectivamente, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

“El gran problema es que la mayoría de los actores, especialmente los pescadores, no tiene las herramientas que necesitan, es muy rudimentaria”, manifestó Van de Walle. “Pienso que si se le aporta los recursos necesarios, este sector puede adaptarse al mercado exigente y despegar con un gran impacto positivo”, agregó el también coordinador global de FISH4ACP, iniciativa que busca mejorar el posicionamiento de esta actividad en el país.

Dijo que con el programa “Cadena de Valor del Pez Dorado” más de 12,000 personas de la región Sur serán impactadas a mediano plazo, ya que se eficientizará todo el eslabón del producto, desde la pesca hasta la comercialización, con apoyo de la Unión Europea (UE) y el Ministerio Federal Alemán para la Cooperación Económica y el Desarrollo (BMZ). En ese sentido, la consultora de la FAO, Claudia Beltrán expresó que mejorado este punto, el valor agregado aumentará y se percibirá mejor la incidencia de la pesca y la mitigación de la pobreza.

Beltrán detalla que en el país hay mucha debilidad en la toma de informaciones de estadísticas, en parte porque no hay suficiente personal en los puertos y debido a que existe mucha zona de pesca informal. En efecto, solo se tiene un estimado tentativo de la actividad.

“Aunque esto no es un problema exclusivo de República Dominicana, aquí hay desembarcos donde no hay muelles, estructuras u oficinas gubernamentales, por lo que esa producción que se dan en esos lugares, no son registradas. A medida que se compra a un intermediario, cooperativa, minorista o pescadería se va perdiendo el conocimiento de cuánto pescado exactamente se mueve en cada eslabón”, indica.

Producción y comercio

En 2021, la pesca a nivel nacional registró una producción de 17,475 toneladas métricas (TM). Esto indica un 24.2% que equivalen a 3,411 TM más con respecto a lo reportado en 2020, el cual tuvo un monto de 14,064 TM. Entre 2015 y 2021, el país acumuló alrededor de 104,010 TM de pescados, con un promedio de 14,858 TM durante ese período. El año de mayor ponderación es el 2021, seguido del 2019 con 16,088 TM y el 2017 al reflejar 15,756 TM.

En cuanto a la balanza comercial, se tiene que en el país se importa más pescado de lo que se coloca en el mercado internacional. Esta registra un volumen de 258,940 TM durante el período 2018 y octubre 2022. De los cuales el 93.1% corresponde a la compra en el exterior, es decir, alrededor de 241,085 TM. En tanto, el restante 6.9% (17,855 TM) obedecen a las exportaciones.

Por esas mismas cantidades de toneladas de pescado, a nivel local se tiene acumulado un monto de US$818.3 millones. Las importaciones tienen la mayor ponderación con el 93.2% del total, es decir, US$762.9 millones, mientras las exportaciones reportan un 6.7% que asciende a US$55.3 millones en el mismo período. Además, el primero tuvo un promedio de US$152.5 millones por cada año y el segundo reflejó unos US$11 millones, siendo el 2019 con su mejor desempeño al registrar US$18.7 millones.

Pescadores y quioscos

El presidente de la Asociaciones de Pescadores de Barahona Guarocuya (Asopesbagua), Fernando Avilés, expresó que por falta de un “cuarto frío” en la última corriente (buena temporada) se le dañaron cerca de 1000 libras y otras 1,500 libras se le maltrataron. Además, concuerda con Van de Wallem de aprovechar el pez Lampuga (Coryphaena hippurus), nombre oficial del Dorado, por la demanda que tiene en la zona. Más de 170 personas se dedican exclusivamente a la captura de ese pescado con fines de ventas, de acuerdo a la ONE.

El Dorado es uno de los más solicitado en los restaurantes, su promedio de pesca es de 481 TM anual.

“No tenemos capacidad de almacenamiento. No hay tampoco un almacén disponible en el municipio donde podamos guardar la producción. Cuando estamos en alta, es tanto los peces que no tenemos forma para llevarlos a todos mercados. Es más, a veces los pescadores ni se motivan a buscar, porque adónde los vamos a guardar si los “freezer” no dan abasto”, expresa.

Avilés sostiene que si de forma artesanal logran grandes cantidades de producción, con las herramientas necesarias podrían multiplicar los números y lograr suplir hasta grandes supermercados. No obstante, la pesca industrial o más formal es costosa y demanda un capital que sobrepasan sus “bolsillos”, explica el gremialista que reúne casi 20 pescadores a elDinero durante un recorrido por esa zona costera.

El pescador Leonny Sepúlveda Félix, de 24 años, quien está involucrado desde los 16 en la actividad y quien conduce una embarcación, sostiene que el precio de un bote ronda en los RD$380,000 sin el motor. Con el propulsor podría costar cerca de un millón de pesos, debido a que el aparato tiene un valor de RD$550,000 a RD$600,000 dependiendo la capacidad del mismo.

“A pesar de que tengo algo más o menos avanzado, todavía necesitamos tecnificar las prácticas de la pesca, pero para esto hay que invertir mucho”, dijo Sepulveda, quien en los “días buenos” sabe tener una producción de 300 libras o más, ya que logra ir a aguas profundas, pero sigue usando artilugios arcaicos como los “muertos”, una pesa de cemento dentro de un saco, con una varilla gruesa vertical en su centro y tres más de base en forma de trípode.

Después del café, el plátano, la caña de azúcar y el turismo, para Yoselyn María Reyes, quien está al frente de un “quiosco-restaurante” de los cinco que hay en la playa El Quemaíto, la pesca es la de mayor importancia en Barahona debido al impacto económico que genera en la cadena de valor. La relación se puede observar, de manera tangible, en esa plaza de 2,625 metros cuadrados. Aquí al menos 37 pescadores con lanchas de motor, cada día desde las 5:00 de la mañana, van mar adentro en busca del “codiciado y demandado” pez Dorado, el cual tiene un promedio anual de 481 (TM) en el país.

Decenas de dueños de pescaderías se abastecen para vender en los distritos municipales de la provincia donde están ubicados sus establecimientos y, ya preparados, en los restaurantes a orillas de la playa, llegan cientos de turistas tanto nacionales como extranjeros, detrás del plato gastronómico.

“Yo tengo 19 años vendiendo en mi negocio, con el cual he podido pagar los estudios de mis hijos y establecernos como familia. Nunca he solicitado crédito, eso porque la pesca aquí mueve la economía”, sostiene Reyes, que siendo madre soltera hace más de dos décadas recorrió 12 kilómetros (Km) para llegar a Barahona, desde la provincia Sánchez Ramírez. “El Dorado es muy solicitado aquí porque tiene muy pocas espinas y tiene un sabor mejor que el mero”, dice la cocinera empírica que tiene como sueño formalizarse como “Chef”. Ya su hijo mayor lo es.

María Ivelisse Carrasco tiene 38 años vendiendo en la playa San Rafael que está a 14 Km desde El Quemaíto. Entre mariscos y pescados indica que despacha de 70 a 75 platos, los cuales van desde RD$700 hasta RD$3,000.

“Recibo muchos dominicano que viven en el exterior, pero también extranjeros como españoles, estadounidenses, algunos rusos y puertoriqueños”, precisó. Ella, al igual que Reyes y los demás, ve mucho potencial en la pesca barahonera si contara con más apoyo, técnicas y herramientas.

Producción

En 2021, se reportó una pesca de 880.7 tonelada métrica (TM) de la especie conocida como Dorado, el cual fue un incremento de 25.3% que equivale a 178.3 TM más con respecto al 2020, el cual registró alrededor de 702.4 TM. Entre 2015 y 2021, el país acumuló un monto alrededor de 3,369.8 TM, siendo el último año el de mayor ponderación con 880.7 TM. Conforme al Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca), Puerto Plata encabeza la producción nacional de pescados con 9,468 quintales por año.

Pedernales le sigue con 6,213 quintales. San Pedro de Macorís ocupa el tercer lugar con un total de 5,632 quintales. Peravia le continúa al reportar 3,537.34 quintales. Mientras, El Seibo y Barahona conforman el “top 6” de las principales demarcaciones de pescas del país con 2,369 y 1,832 quintales, respectivamente.

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Por El Dinero