Santo Domingo, RD.- Comunitarios de Santo Domingo Oeste expresaron su preocupación, por el foco de contaminación que presenta la cañada de Guajimía. En tal sentido, llaman a las autoridades en general a que tome cartas en el asunto.
Bajo el sofocante sol del mediodía, el olor penetrante que emana de la cañada de Guajimía se hace casi insoportable. El agua, ennegrecida por los desechos, fluye lentamente bajo el puente que conecta varias calles del sector.
En sus alrededores, montones de basura, plásticos y escombros se acumulan sin control, mientras los residentes observan con resignación un problema que, aseguran, lleva años sin solución.
Buscan ser escuchados
A este problema ambiental se suma otro de seguridad: la ausencia de barandillas en el puente principal. Donde aseguran que por estos predios pasan muchas personas incluso, niños que caminan a diario para ir a las escuelas lo que representa un peligro inminente para ellos.
El panorama es desolador: la basura se acumula cada día más, las aguas negras siguen corriendo a cielo abierto, y los mosquitos y roedores se multiplican en el entorno. Las lluvias agravan aún más la situación, haciendo que el agua contaminada se desborde y penetre en las viviendas cercanas.

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Pese a todo, los comunitarios no pierden la esperanza. Algunos han organizado pequeñas jornadas de limpieza con recursos propios, aunque reconocen que es una batalla desigual.
La cañada de Guajimía refleja una realidad que afecta a muchas comunidades del país: la falta de políticas sostenibles de saneamiento y gestión de residuos.
Detrás de cada bolsa de basura que flota en sus aguas, hay una historia humana marcada por la pobreza, la desidia y la lucha por vivir en un ambiente digno.
Por Mileny Zapata

