Las visitas en flujo de sentimientos nos llegan y pueden cambiar nuestro humor y ánimo. 

Mantener un ánimo activo y en buen nivel requiere que vigilemos los pensamientos que nos llegan, los sentimientos que subrepticiamente nos visitan o las emociones y pasiones.

Los sentimientos pueden llevarnos a otros estados de tristeza y a conductas de aislamiento.

Podemos ser activos, socializar y aprender a identificar las desagradables visitas de sentimientos que no sabemos explicar bien. 

Identificar es muy útil. La hermosa mujer que en la casa se siente sola mientras su marido trabaja todo el día. Ella puede llegar a creer que él no la ama. Se entristece, deja de comer y casi no duerme. En cambio la realidad es otra. Él  ama con devoción. Pero ella no lo siente así.

Elías el gran profeta abrumado por el crecimiento de los profetas de Baal y las persecuciones en su contra, llegó a creer que él era el único que servía a Jehová. 

En turbación evaluamos mal. Dios le dijo que había siete mil personas que no habían doblado sus rodillas, ni besado a Baal. 

Si una confusión sentimental y anímica le llegó al gran profeta Elías, también nos puede pasar en algún momento a nosotros. 

Momentos de estrés, persecución, enfermedad, crisis económicas o decepciones amorosas: pueden nublar nuestros sentimientos y percepciones; podemos ver la realidad subjetivamente.

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