“Siento a veces que nadie me entiende”. Lo ha dicho la hija de un rico empresario. Todos la creen feliz, pero ella no se siente así.

— He notado que todos vienen a mi buscar ayuda, mis amigos, mi familia, estoy cansado. Para todos tengo algo, sea dinero, consejo o afecto. 

–Lamentablemente cuando necesito de alguien nadie me ayuda. Quien así se expresa es un joven dirigente barrial y político, está experimentando sentimientos y emociones que están afectando su estado de ánimo.

Las visitas en flujo de sentimientos nos llegan y pueden cambiar nuestro humor y ánimo. 

Mantener un ánimo activo y en buen nivel requiere que vigilemos los pensamientos que nos llegan, los sentimientos que subrepticiamente nos visitan o las emociones y pasiones que nos visitan.

Una mujer estéril, casada con un hombre que tenía otra mujer muy fértil, y que se burlaba de ella y la hería por su condición: se sentía triste, a pesar de que el marido la amaba con locura. Un día le dijo ¿acaso no te soy más útil que diez hijos?  

Los sentimientos de la heroica mujer eran por su impotencia de no tener hijos. No estaba preocupada por el amor de su marido. Era una mujer con gran fe en Dios que logró ser fértil y pasó a la historia como la madre de Samuel, sacerdote y organizador del antiguo Estado judío. Ungió a Saúl y luego a David. En Ana la fe fue vital para superar la desesperanza.

–En ocasiones, me dijo un adolescente, —siento que todo me sale mal. Sospecho que mis amigos se ríen de mi y se burlan. Los sentimientos pueden llevarnos a otros estados de tristeza y a conductas de aislamiento.

Podemos ser activos, socializar y aprender a identificar las desagradables visitas de sentimientos que no sabemos explicar bien. Identificar es muy útil. La hermosa mujer que en la casa se siente sola mientras su marido trabaja todo el día. 

Ella puede llegar a creer que él no la ama. Se entristece, deja de comer y casi no duerme. En cambio, la realidad es otra. Su marido la ama con devoción. Pero ella no lo siente así.

Elías, el gran profeta abrumado por el crecimiento de los profetas de Baal y las persecuciones en su contra, llegó a creer que él era el único que servía a Jehová.  En turbación evaluamos mal. Dios le dijo que habían siete mil personas que no habían doblado sus rodillas, ni besado a Baal.

 Si una confusión sentimental y anímica le llegó al gran profeta Elias, también nos puede pasar en algún momento a todos. 

Momentos de estrés, persecución, enfermedad, crisis económicas o decepciones amorosas: pueden nublar nuestros sentimientos y percepciones y podemos ver la realidad subjetivamente.

Comparte la Noticia: