Una relación de pareja implica que dos personas con intereses diferentes procuren tener un proyecto común. Procedemos de familias diferentes, cargamos con creencias diferentes y tenemos ideas de la diversión y del placer muchas veces opuestas.

Cuando dos adultos deciden formar una pareja, deben saber que ambos tienen valores diferentes y múltiples expectativas, sin embargo al unirse y crear una nueva unidad que es la pareja, se pierde individualidad y se gana pertenencia.

En la consulta de Terapia Familiar vemos los serios conflictos que hay en las parejas, porque no se quiere ceder a los reclamos de otro. Nos apegamos mucho a nuestro ego, a nuestros gustos y al hedonismo de la vida actual, que va detrás del placer individual, aunque destruyamos la pareja y afectemos el porvenir de los hijos.

La Individualidad es un derecho que tenemos, pero hay que hacer ajustes para que la pareja funcione. Si decidimos no sacrificar algunas cosas, nos perderemos de los beneficios que nos da una sana relación de pareja.

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