Recientemente el gigante asiático se ha convertido en objeto de críticas desde el exterior por las supuestas violaciones de derechos de las comunidades musulmanas en Sinkiang.
Durante la conferencia de prensa de este miércoles Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, desestimó las acusaciones de EE.UU. en contra de las autoridades chinas por los supuestos abusos contra los derechos humanos en la región de Sinkiang, poblada mayoritariamente por musulmanes uigures.
Refiriéndose a los comentarios del representante del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, quien afirmó que China sigue cometiendo genocidio y crímenes de lesa humanidad, el diplomático chino dijo que “la afirmación acerca del ‘genocidio’ en Sinkiang es ridícula y carece de fundamento”.
Al mismo tiempo, subrayó que su país se opone firmemente a los ataques y difamaciones infundados, mientras que esta desinformación y mentiras “dañan la credibilidad y empeoran aún más la imagen” estadounidense.
“La población uigur en Sinkiang creció de 5,55 millones a más de 12 millones en las últimas cuatro décadas. ¿Y esta duplicación de la población se llama ‘genocidio’?”, comentó. En este contexto, pidió hacer caso a la historia de la nación norteamericana, que vio la expulsión y asesinatos en masa de los indios nativos. “Su población cayó en picado en un 95% de 5 millones en el año 1492 a 250.000 a principios del siglo XX. No es China, pero hay otro más adecuado para la etiqueta de ‘genocidio'”.
Según su punto de vista, EE.UU. debe primero prestar atención a sus problemas internos, como por ejemplo mejorar la situación con los derechos humanos, en lugar de criticar a otros países “con base en mentiras y rumores”.
Recientemente China volvió a ser criticada desde el exterior por las supuestas violaciones de derechos de las comunidades musulmanas en Sinkiang. De hecho, Washington empleó las sanciones (tanto personales, como sectoriales) para incentivar a Pekín a cambiar su postura acerca de la región. Tales acciones fueron calificadas por las autoridades chinas de “interferencia” en sus asuntos internos.