Este miércoles, en Texas, antes de que John Henry Ramírez pronunciara sus últimas palabras, su consejera espiritual colocó su mano derecha sobre el pecho del condenado y la mantuvo allí durante todo el proceso.

John Henry Ramírez, conocido por su lucha legal en favor de los derechos religiosos de los condenados a muerte en EE.UU., fue ejecutado este miércoles tras recibir una inyección letal, en la penitenciaría local de la ciudad texana de Huntsville, recoge Reuters.

“Tengo arrepentimiento y remordimiento”dijo Ramírez a los familiares de su víctima que observaban la ejecución. Asimismo, señaló que la pena “es un acto tan atroz”, pero que esperaba que su muerte los consolara. “Solo sé que peleé una buena batalla y estoy listo para partir”, concluyó. 

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En 2004, Ramírez, un estadounidense de origen latinoamericano de 38 años, fue sentenciado por el homicidio de Pablo Castro durante un asalto a una tienda en la ciudad texana de Corpus Christi. Ramírez le robó 1,25 dólares, lo apuñaló 29 veces y huyó a México. Fue arrestado tres años y medio después. 

La batalla legal de Ramírez

Al ser condenado, solicitó al tribunal que le permitiera la compañía de un pastor y que este pudiera rezar posando las manos sobre él en el instante en el que recibiera la inyección letal.

En ese momento, tanto el Departamento de Justicia Criminal de Texas como los tribunales inferiores rechazaron la solicitud de Ramírez, argumentando que la presencia del pastor podría comprometer la seguridad de la sala e interrumpir el proceso de aplicación de la inyección. Por su parte, la defensa del recluso argumentó que el Estado violaba los derechos religiosos del condenado si no permitía al pastor posar sus manos sobre él durante la ejecución. 

En marzo, la Corte Suprema de EE.UU. falló a favor de Ramírez, alegando que los estados deben adecuarse a las peticiones de los sentenciados a muerte sobre la asistencia de sus líderes religiosos en la ejecución. 

Este miércoles, antes de que Ramírez pronunciara sus últimas palabras, la consejera espiritual, Dana Moore, colocó la mano derecha sobre su pecho y la mantuvo allí  durante todo el proceso. Además, Moore ofreció una breve oración.

De acuerdo con medios locales, la ejecución de Ramírez es la tercera en Texas en lo que va del año, así como la undécima en EE.UU. Para el próximo mes de noviembre se tienen programadas otras dos ejecuciones en este estado.

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