Tras su primera derrota electoral y verse fuera del poder por primera vez en 16 años, el PLD celebró por primera vez en esa misma cantidad de años un congreso interno
Santo Domingo, RD.- El 15 de marzo del año pasado, con el país a punto de entrar en su primer encierro para tratar de contener el brote del coronavirus (Covid-19), se celebraron las elecciones municipales extraordinarias luego de que un mes antes los comicios ordinarios fueran suspendidos por un fallo en los equipos del voto automatizado.
A esas elecciones, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) llegó con el control de la mayoría de las principales alcaldías del país pero un grito de “se van”, e innumerables cacerolazos, disminuyeron sus probabilidades de salir airosos en esa contienda.
Todo comenzó con la suspensión misma de las elecciones municipales, ocurridas un mes antes, y que degeneró en una protesta masiva en la Plaza de la Bandera en reclamo de explicaciones.
Desde la emisión del primer boletín, dado pasadas las 8:00 de la noche de ese domingo, se notaba una clara tendencia de que el aun partido oficialista perdería la mayoría de los cargos electivos y que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se alzaría con los principales municipios del país.
Al final del conteo el PRM se quedaría con 81 alcaldías, mientras que el PLD se quedaría solo con 65, incluyendo solo una en el Gran Santo Domingo y amplias derrotas de sus candidatos en el Distrito Nacional y Santo Domingo Este.
Ese uno fue Carlos Guzmán, quien venció a Francisco Fernández en Santo Domingo Norte, pero a tan solo meses de ser juramentado como alcalde de ese municipio renunció a la militancia “morada” y se unió a Fuerza del Pueblo, comandada por Leonel Fernández, quien se fue a finales de octubre del 2019 junto a otros dirigentes políticos.
Un mal presagio para las presidenciales
Durante el inicio de la campaña electoral para las elecciones municipales, primero supuestas a celebrarse el 16 de febrero, el entonces presidente de la República, Danilo Medina, dijo que lo que pasaría allí iba a ser un reflejo de lo que sucedería en las elecciones presidenciales.
“Las elecciones de febrero son la antesala de la victoria de mayo (fecha originaria en que estaba pautada la contienda presidencial antes de ser movida al mes de julio por el impacto del Covid-19). El que gane en febrero se pone a las puertas de la victoria”, fue lo dicho específicamente por el entonces presidente dominicano a mediados del mes de enero del 2020.
Ese “presagio” se convirtió en realidad y la derrota producida en las elecciones de marzo se tradujo de igual manera en los comicios presidenciales y congresuales del cinco de julio.
Su candidato presidencial, Gonzalo Castillo, obtendría solo un 37.46% mientras que Luis Abinader se quedaría con la presidencia de la República tras lograr un 52.52%.
El PLD lograría solo siete senadurías y tres de ellos también se irían a la Fuerza del Pueblo, tras ser proclamados ganadores. Estos fueron Félix Bautista (San Juan), Dioni Sánchez (Pedernales) y Franklin Peña (San Pedro de Macorís).
“Renovación”
Tras su primera derrota electoral y verse fuera del poder por primera vez en 16 años seguidos, el PLD celebró un congreso interno para decidir quiénes serán las principales cabezas del partido entre los años 2021 y el 2024.
Ese congreso, denominado “José Joaquín Bidó Medina”, culminó en el día de ayer y dejó como resultado a Danilo Medina como el presidente del partido, en reemplazo de Temistoclés Montás y Charlie Mariotti como secretario general, en sustitución de Reinaldo Pared Pérez.
La matricula del comité político fue ampliada de 35 a 45 miembros y 29 de los anteriores quedaron ratificados en esa entidad. La edad promedio de ese organismo, ahora renovado, es de 56 años.