Los desarrolladores de la función pensaron que se usaría para difundir información urgente, como noticias sobre terremotos, pero la herramienta cambió la plataforma por completo.

El hombre que inventó el botón de retuit en Twitter ahora cree que fue una muy mala idea. En una entrevista con BuzzFeed, el desarrollador Chris Wetherell afirmó que recuerda que pensó: “Puede que hayamos entregado un arma cargada a un niño de cuatro años”.

Antes de la creación de la opción de retuit, los usuarios tenían que copiar y pegar el texto en un nuevo tuit manualmente, agregando la abreviatura ‘RT’, lo que les daba un poco más de tiempo para deliberar sobre lo que iban a publicar. Después, las cosas cambiaron.

“¿Qué es lo que se comparte?”

Inicialmente, los desarrolladores de la función pensaron que los retuits se usarían para difundir información urgente, como noticias sobre terremotos: “Pensamos que  esto mostraría a la humanidad de la mejor manera”. Sin embargo, los técnicos de Twitter no estaban preparados para saber que la nueva herramienta cambiaría la plataforma por completo.

Además, el desarrollador, que se sumó a la red social en 2009, recordó que solo en un par de ocasiones alguien hizo una pregunta social más amplia respecto a la nueva función: “¿Qué es lo que se comparte?” No obstante, nadie le dio importancia.

Después de la introducción del botón, Wetherell se sorprendió de lo rápido que se difundió la información con su ayuda. “Funcionó para lo que fue diseñada. Multiplicó poderosamente la información como ninguna otra cosa”, apuntó.

Pronto otras compañías de tecnología comenzaron a copiar la idea y agregaron la función de ‘compartir’ a sus redes sociales: Facebook introdujo un botón similar en 2012. Pero a medida que la función se ha convertido en una parte esencial de Twitter, capaz de generar conversaciones necesarias sobre una amplia gama de temas, también ha llegado a ser responsable de la difusión de información falsa.

¿Prohibir los retuits?

A pesar de toda la polémica actual sobre la difusión de noticias falsas a través de las redes sociales, una reversión completa de los botones para compartir no es realista, estima Wetherell. Si estos botones estuvieran universalmente desactivados, la gente podría pagar a usuarios con grandes audiencias para que transmitan su mensaje, dándoles un poder desproporcionado, explicó el desarrollador.

En ese sentido, propuso dos soluciones al problema. Primero, desactivar la capacidad de compartir tuits a usuarios que constantemente difunden información falsa o maliciosa. Otra forma es establecer un límite en la cantidad de retuits por día.

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