El observatorio que funciona en la región infrarroja del espectro debe ser sustituido en el 2021 por el telescopio James Webb, más potente.

Uno de los cuatro observatorios orbitales de la NASA, el infrarrojo Spitzer, ha terminado oficialmente su misión, informa el sitio web de la agencia este 31 de enero. Fue lanzado el 25 de agosto del 2003 y llevó más de 16 años estudiando el universo, aunque su vida operativa había sido establecida inicialmente en solo dos años y medio.

Aunque no era el primero de esta clase, sí era telescopio infrarrojo más sensible en el momento de su lanzamiento y “ofreció una visión más profunda y de mayor alcance del cosmos infrarrojo que sus antecesores”, estima el sitio web de la agencia. Añade que pudo detectar algunas longitudes de onda que no se pueden observar desde el suelo debido a los efectos ópticos de la atmósfera de la Tierra.

Entre los hallazgos que se deben a Spitzer, la detección del sistema TRAPPIST-1 con con sietes planetas del tamaño terrestre orbitando una sola estrella a 40 años luz de la Tierra, destaca como el trabajo más conocido del aparato. No solo detectó esa familia de exoplanetas sino que permitió determinar sus masas y densidades, algo que demandó más de 1.000 horas de trabajo solo con ese sistema.

“Spitzer nos ha enseñado aspectos completamente nuevos del espacio y nos hizo avanzar en la comprensión de cómo funciona el universo, respondiendo cuestiones sobre nuestros orígenes y si estamos o no solos”, valoró el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen, en una ceremonia de despedida del satélite.

Muchas imágenes del espacio más allá del sistema solar han sido obtenidas por medio de combinación de las fotografías tomadas por varios telescopios en distintos rangos de luz. Los datos de Spitzer normalmente están representados con los matices de rojizo y rojo. Así es la imagen de la nebulosa Caracol en la constelación de Acuario, que se encuentra a una distancia de 650 años luz.

Al tiempo que la nave orbital da sus primeras vueltas alrededor del planeta en un “modo seguro” y no operable, previas al comienzo de un descenso más rápido y salida definitiva de la órbita, los científicos reconocen que su legado no ha sido todavía completamente estudiado. Todos los datos recabados por Spitzer son de acceso gratuito y están disponibles en un archivo.

Sí fueron bien analizadas las imágenes de la galaxia del Sombrero (M 104) en la constelación de Virgo tomadas por el telescopio. Concretamente han permitido establecer que el objeto celeste situado a 29 millones de años luz son dos galaxias: una elíptica y otra espiral llana dentro de la primera.

La nebulosa Pata de Gato (NGC 6334), ubicada a entre 4.200 y 5.500 años luz de nuestro planeta, también fue diferenciada en la constelación del Escorpión gracias a la aportación de Spitzer.

Para reemplazarlo en su excelente trabajo en luz infrarroja ya está siendo preparado el telescopio James Webb con unas herramientas aún más avanzadas, cuya puesta en órbita está programada para el 2021.

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