Es lamentable que muchas relaciones se convierten en un foco de estrés permanente, debido a conflictos, celos, infidelidades, abuso emocional y físico.

En ciertas parejas hay enfrentamientos por un rol parental mal jugado. Esto último se refiere a la crianza y a la falta de herramientas adecuadas, para criar niños y adolescentes que sean responsables y que vivan en un ambiente de límites. 

Cuando hay diferencias en la manera de criar por parte de los padres, problemas de jerarquía, castigos físicos frecuentes o explosiones verbales con discusiones y palabras hirientes: le creamos estrés y dolor a nuestros hijos, le pisoteamos la autoestima y podemos crear las bases, para dañar su salud mental futura.
El tsunami que creamos con el estrés en la pareja y la forma errada de corregir a los hijos arrasa la armonía de la relación conyugal. 

Cuando el estrés familiar excesivo afecta a los hijos, a la pareja y a cada quien, en lo individual, la familia necesita asistencia y Terapia Familiar, para salir de los ciclos interminables de dolor, recuperar la felicidad, la armonía y que la pareja logre ser un espacio de paz y placer para los cónyuges.

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