Podría convertirse en la segunda en ser erradicada en la historia reciente de la humanidad.

La enfermedad del gusano de Guinea o dracunculosis, que una vez afectó a millones de personas en África y Asia, podría ser la segunda en ser erradicada en la historia reciente de la humanidad, después de la viruela en 1980. También podría ser la primera en desaparecer sin una vacuna o medicamentos. Solamente trece casos fueron informados provisionalmente en todo el mundo en 2022, lo que constituye un mínimo histórico, comunicó este martes el Centro Carter, con sede en EE.UU.

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Esta enfermedad tropical, dolorosa e incapacitante, aún es endémica en el Chad, donde ocurrieron seis de los casos humanos del año pasado; Sudán del Sur, que registró cinco; Etiopía, que vio uno; y Angola, Malí y Sudán, que no registraron casos. La República Centroafricana, un país no endémico, notificó un caso, que está bajo investigación. Pakistán, India, Uganda y la República Democrática del Congo se encuentran entre los países que ya la han erradicado.

Un esfuerzo de décadas

El hito ha sido alcanzado tras más de cuatro décadas de esfuerzos globales para erradicar esta enfermedad parasitaria. Las principales acciones se han dirigido a la movilización de las comunidades y a la mejora de la calidad del agua potable en los puntos críticos de transmisión.

Nuestros socios, especialmente los de las aldeas afectadas, trabajan con nosotros a diario para librar al mundo de este flagelo. Nos alienta que la erradicación se pueda lograr pronto”, dijo el expresidente estadounidense Jimmy Carter, quien cofundó el Centro Carter en 1982 junto a su esposa Rosalynn Carter.

Cuando el centro asumió el liderazgo del programa de erradicación mundial en 1986, se registraban anualmente unos 3,5 millones de casos humanos en 21 países de África y Asia. Para que la dracunculosis se declare erradicada, también es necesario eliminar los casos en animales. Las infecciones en animales se redujeron en más del 21 % el año pasado, según el Centro Carter.

Características de la enfermedad

Una vez que una persona se infecta con dracunculosis, no se conoce ninguna forma de detener el curso de la enfermedad. Aproximadamente un año después de que las larvas del gusano de Guinea (‘Dracunculus medinensis’) hayan ingresado al cuerpo, generalmente a través de beber agua contaminada con pequeños crustáceos (llamados copépodos) que se alimentan de estas larvas, la persona afectada manifiesta signos y síntomas de la enfermedad.

El paciente experimenta un dolor intenso debido a la formación de ampollas en su piel, a menudo en las piernas o los pies, seguido de la lenta aparición de uno o más gusanos hembra preñados, que miden hasta un metro. La persona puede estar debilitada e incapacitada durante semanas o meses y puede buscar alivio sumergiendo la extremidad afectada en agua. Sin embargo, el contacto con el agua estimula al gusano emergente a liberar sus larvas y comenzar de nuevo el ciclo.

Luchar hasta su erradicación total

Adam Weiss, director del programa de erradicación de la dracunculosis del Centro Carter, dijo: “Seguimos estudiando formas de derrotar y prevenir esta infección. No nos detendremos hasta que desaparezca el último gusano de Guinea”.

Por su parte, la Dra. Ibrahima Socé Fall, directora del Departamento de Control de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS, expresó en un comunicado de prensa en diciembre que le complacía comenzar su nuevo cargo con tan buenas noticias. “Ahora debemos centrarnos en la certificación de Sudán como el próximo hito en el camino hacia la erradicación mundial de la enfermedad del gusano de Guinea”, subrayó.

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