Un informe de la Alianza Global por la Justicia Fiscal señala que el sistema tributario de la región está diseñado para que las grandes corporaciones evadan al fisco.
Brasil, Colombia y México son los países de América Latina que registran mayores pérdidas económicas por la evasión fiscal de las grandes empresas trasnacionales, de acuerdo con el informe elaborado por la Alianza Global por la Justicia Fiscal y otras organizaciones.
Según los datos del estudio, titulado ‘El estado de la justicia fiscal 2020’, Brasil es el país de América Latina donde se pierde más dinero por evasión fiscal de los grandes contribuyentes, al registrar pérdidas anuales de 14.630 millones de dólares; le siguen Colombia, con 11.639 millones de dólares; y México con otros 8.250 millones.
A nivel suramericano, le siguen: Argentina (2.341 millones de dólares); Perú (1.081 millones de dólares); Venezuela (383,8 millones de dólares); Chile (414,5 millones de dólares) y Bolivia (103,2 millones de dólares).
El informe estima que la pérdida fiscal total de Colombia es equivalente al 71,70 % de su gasto en salud pública. En el caso de México, representa el 24,67 % del presupuesto destinado a este sector; y en Brasil, es equivalente al 20,06 %.
Problema global
El informe señala que a nivel mundial hay pérdidas anuales por el orden de los 427.000 millones de dólares debido al abuso fiscal internacional. De este monto, 245.000 millones de dólares se pierden por la evasión de corporaciones multinacionales que transfieren ganancias a paraísos fiscales y, por ende, pagan menos impuestos de lo que deberían.
Los 182.000 millones de dólares restantes se pierden debido a los multimillonarios que ocultan activos e ingresos no declarados en el extranjero, fuera del alcance de la ley.
«Los sistemas tributarios de la mayoría, si no todos los países del mundo, se han programado para priorizar los intereses de los gigantes corporativos más ricos y los súper ricos, sin límites geográficos, por encima de las necesidades de todos los miembros de la sociedad», señala el informe.
Asimismo, plantea la necesidad de fortalecer los aparatos de fiscalización para impedir abusos a nivel global, mediante la dotación de recursos y «personal suficientemente pagado para atraer y retener al mejor talento», de manera que el sistema sea eficiente en hacer cumplir la ley.
El estudio concluye que para mejorar los sistemas recaudatorios es necesario recuperar el control sobre los gigantes corporativos y los súper ricos, con el fin de que el fisco funcione de manera democrática y representativa a nivel mundial.