Sergio Peralta, de 15 años, nunca pensó que otros estudiantes, que ni siquiera eran de su clase, demostraran tanta amabilidad para con él, y se unieran para afrontar y sacar a flote semejante proyecto.

Un estudiante de secundaria de Tennessee (EE.UU.) con una malformación congénita en una mano fue gratamente sorprendido por otros alumnos, quienes le diseñaron una prótesis robótica para que pudiera lidiar más fácilmente con su deficiencia.

Sergio Peralta, de 15 años, llegó en otoño del año pasado a la escuela Hendersonville High School, cerca de Nashville, y desde el principio solo esperaba que nadie notara que su mano derecha no se había formado adecuadamente. “En los primeros días de clases, honestamente, sentía ganas de esconder mi mano para que nadie se enterara”, confesó al canal CBS News.

El adolescente admitió que en años anteriores había sido víctima de acoso por su malformación, pero que ya se había acostumbrado, así como también se había adaptado a manejar la mano izquierda. “Vivo mi vida normalmente de esta forma, así que nunca pensé realmente en conseguir una [prótesis]”, señaló.

Sin embargo, Jeff Wilkins, uno de los maestros de la secundaria, se enteró de la condición de Sergio. Pensó que podía ayudarlo y le prometió que sus alumnos de la clase de ingeniería le construirían una mano robótica. El chico nunca imaginó que otros estudiantes, que ni siquiera lo conocían, demostraran tanta amabilidad para con él y se unieran para afrontar y sacar a flote semejante proyecto. “Nunca lo esperé. Ni en un millón de años”, dijo.

Sumner County Schools / Kelly Flood

Con la aprobación de Sergio, la iniciativa se convirtió en un proyecto escolar en el que él también participó. Luego de un mes diseñando, modificando y dimensionando la prótesis, y con ayuda de una impresora 3D, los jóvenes lograron un modelo funcional que parecía encajar en las necesidades de su compañero. Peralta no esperó para probarlo y logró atrapar y lanzar una pelota por primera vez con su mano derecha. “Cambiaron mi vida”, aseguró.

Sergio utiliza su nueva mano todos los días. Y aunque antes no había sentido la falta de una mano derecha, las experiencias y sensaciones de ahora lo han hecho apreciar mucho la prótesis y lo incitan a tratar de hacer cosas nuevas cada día. Espera además aprender de quienes lo ayudaron para hacerle modificaciones en el futuro, porque definitivamente ese regalo cambió su vida. “De hecho, siento que tengo una mano derecha”, afirma.

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