Tras el homicidio de los religiosos, la Fiscalía General del Estado de Chihuahua anunció 240.000 dólares por cualquier información que llevase a la captura del criminal.

El narcotraficante mexicano José Noriel Portillo Gil, alias ‘El Chueco’, presunto homicida de dos sacerdotes jesuitas y un guía turístico hace nueve meses, habría sido asesinado en Sinaloa, donde el pasado fin de semana se halló el cuerpo sin vida de un hombre con sus características. 

“Se encontró una persona y se está haciendo el estudio para poder informar si se trata del delincuente que le quitó la vida a los sacerdotes jesuitas”, comentó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario aseguró que “posiblemente” se darán más detalles este mismo miércoles, y que la persona que se encontró “fue ejecutada”.

La búsqueda y localización de Portillo Gil se volvió prioritaria tras el asesinato el 20 de junio de 2022 de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora, de 81 años, y Javier Campos, de 79, quien oficiaban en la parroquia de Cerocahui, en el municipio de Urique. 

Según las versiones que manejan las autoridades, ‘El Chueco’ habría privado de su libertad y golpeado brutalmente al guía turístico Pedro Palma, quien intentó refugiarse en una capilla jesuita. El sacerdote Mora intentó proporcionarle a Palma la ceremonia de extremaunción, pero Portillo Gil disparó a ambos, así como a Campos, quien también se encontraba en la iglesia.

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La Fiscalía General del Estado de Chihuahua incluso anunció una recompensa de cinco millones de pesos (poco menos de 240.000 dólares) por información que llevase a su captura. Contra él también existe una orden de aprehensión desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.

La impunidad con la que se movía ‘El Chueco’ podía deberse a la protección de Los Salazar, una violenta célula criminal vinculada al Cártel de Sinaloa que opera en los estados de Chihuahua y Sonora. 

Con esta protección y con la complicidad del poder político local, el imperio criminal de ‘El Chueco’ ordenaba extorsiones a empresas mineras y controlaba el comercio de la región, incluyendo la explotación de madera. 

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