Santo Domingo.-El mayor del Ejército de República Dominicana, Raúl Alejandro Girón Jiménez, quien se ha declarado culpable y sirve como testigo del Ministerio Público, sostuvo que se jugó la vida al delatar a los policías y militares involucrados en el caso de corrupción denominado Coral y Coral 5G.

“No guarde las evidencias de los últimos 3 años, en esa nómina que yo entregue al Ministerio Público, están las pruebas desde el día 1, desde el primer peso que el coronel Rafael Núñez de Aza se robó, allá en el año 2005, hasta el último peso que se robó en el año 2021”, resaltó durante la audiencia del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional.

El denominado testigo estrella del Ministerio Público, narró que si el coronel de la Policía Nacional, Rafael Núñez de Aza, quien fungía como gerente financiero a la vez en el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR) y el Cuerpo de Seguridad Presidencial (CUSEP), se hubiese dado cuenta que él estaba guardando esas pruebas a sus espaldas, no estuviera contando en el tribunal.

Pide perdón al pueblo dominicano

El mayor Raúl Alejandro Girón Jiménez aprovechó la ocasión para mostrar arrepentimiento y pedir perdón al pueblo dominicano y manifestó que él sabía que lo que esta estaba haciendo estaba mal, por lo que fue guardando las pruebas y las evidencias.

Manifestó que no hay otro caso de corrupción de lo que lleva a cabo el Ministerio Público que tenga, en este momento, un pliego de pruebas, más grande y mejor estructurado que el caso de corrupción denominado Coral y Coral 5G.

Denunció que en la Policía Nacional es común la venta de especialismos y pensiones, mecanismos fraudulentos que según él eran utilizados por el entramado. El principal imputado del caso Coral, es el exjefe de seguridad del entonces presidente Danilo Medina.

Acusación del Ministerio Público a imputados

La Procuraduría Especiali­zada de Persecución de la Corrupción Administrati­va (PEPCA) establece que apartándose de sus res­ponsabilidades, miembros del Cuerpo de Seguridad Presidencial y del Cuerpo Especializado de Seguri­dad Turística (Cestur), se dedicaron a sustraer di­nero a través de un sinnú­mero de maniobras frau­dulentas detalladas en el expediente Coral.

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Por El Caribe