Durante las excavaciones, los arqueólogos encontraron una costilla humana que resultó ser uno de los pocos restos de este homínido misterioso que se ha encontrado.

Los arqueólogos encontraron el hueso del denisovano más joven encontrado hasta ahora, que sugiere una posible superposición con los humanos modernos en la región tibetana, apuntó un artículo publicado este miércoles en Nature.

Durante las excavaciones en la cueva kárstica de Baishiya, los arqueólogos desenterraron una costilla humana que resultó ser uno de los pocos restos de denisovanos que se han encontrado. “Por sí sola, tal vez [la costilla] no sea claramente denisovana”, afirmó uno de los arqueólogos, agregando que los resultados del análisis de las proteínas y el ADN, así como la comparación con los restos ya conocidos definieron su pertenencia al hombre de Denísova.

Para fechar los hallazgos, los científicos recurrieron a dos métodos que sugieren que la costilla data de hace entre 48.000 y 32.000 años, lo que la convierte en el hueso del homínido de Denísova más joven encontrado hasta ahora, destacaron los investigadores.

Asimismo, los científicos extrajeron de la cueva más de 2.500 huesos con signos de fabricación de herramientas, la mayoría de los cuales eran pequeños y pertenecían a ovejas azules, ciervos y yaks. Los arqueólogos suponen que los humanos eliminaban cuidadosamente toda la carne de los cadáveres de esos animales para después convertir sus huesos en herramientas de corte.

El yacimiento arqueológico donde trabajan los científicos data entre 40.000 y 30.000 años, y contiene herramientas con características de la artesanía humana moderna. “Esto significa que los denisovanos sobrevivieron hasta que los humanos modernos aparecieron en la región, lo que hace posible que [los dos grupos] tuvieran comunicación genética“, indicaron los investigadores.

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