Cuando se es hijo único, es un caso especial y la carencia de hermanos puede conllevar a que no se desarrollen adecuadamente algunas habilidades como las de colaboración, competencia y negociación.

Tratar con primos puede compensar en parte. Quienes se casan con hijos o hijas únicas deben tomar en cuenta estos hechos, ya que en su familia eran únicos y especiales.

Con respecto a la diferencia excesiva de edad, esto puede influir en la socialización entre hermanos, ya que no se da de igual forma que cuando la diferencia es de uno o dos años.

Los intereses suelen ser muy diferentes, cuando las edades entre los hijos son tan distantes.

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