Las leyes escocesas estipulan que un tesoro pertenece a la persona que lo ha encontrado, pero la institución religiosa alega que acordó repartirse los beneficios al 50% con el responsable del hallazgo.
La Iglesia de Escocia ha emprendido acciones legales por el repartimiento de un tesoro vikingo valorado en casi 2 millones de libras esterlinas (2,5 millones de dólares) encontrado en unos terrenos que son propiedad de la institución, informa The Telegraph.
De acuerdo con el reporte, en 2014 el buscador de metales Derek McLennan descubrió un tesoro del siglo X en un campo propiedad de la Iglesia en la región de Dumfries y Galloway, en el suroeste de Escocia. Entre otras piezas de valor, el tesoro contenía pulseras y broches de plata, un anillo de oro, una cruz cristiana esmaltada y un alfiler de oro con forma de pájaro.
El Museo Nacional de Escocia recaudó 1,98 millones de libras esterlinas para adquirir el tesoro, pero entonces surgió un problema.
De acuerdo con las leyes escocesas sobre hallazgos arqueológicos, un tesoro pertenece exclusivamente a la persona que lo ha encontrado, a diferencia del resto del Reino Unido, donde los beneficios de la venta de los objetos valiosos se dividen con el dueño del terreno donde han sido descubiertos. Sin embargo, según los reportes, en el momento del descubrimiento McLennan y la Iglesia acordaron repartirse las ganancias al 50%.
No obstante, hasta ahora la administración de la Iglesia no ha conseguido ponerse en contacto con el buscador de tesoros para reclamarle el dinero al que la institución considera que tiene derecho, por lo que decidió tomar acciones legales en el Tribunal de Sesión en Edimburgo.
El representante legal de McLennan, por su parte, ha afirmado que su cliente «no tiene ningún comentario que hacer en este momento».