Se trata del mismo implicado que había recibido 400.000 dólares para inculpar a un grupo de policías en el caso, según se constató en la investigación judicial.

La Justicia de Argentina absolvió este miércoles a Carlos Telleldín, el único acusado por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurrido en 1994 y que causó 85 muertos y más de 300 heridos. Los fundamentos de esta determinación se darán a conocer el 26 de marzo, y todavía se puede apelar el fallo.   

Se trató del segundo juicio oral contra el hombre acusado como partícipe necesario de la masacre, por ser el último dueño de una camioneta que se podría haber utilizado como coche-bomba para perpetrar la voladura del edificio de la comunidad judía, ubicado en el barrio de Once (oficialmente Balvanera), en Buenos Aires. 

En la última jornada del juicio, que comenzó en mayo de 2019, el Tribunal Oral Federal 3 otorgó el derecho al acusado de expresar sus últimas palabras, antes de dar a conocer el veredicto.

La Fiscalía y la querella conformada por algunos familiares de las víctimas han reclamado una condena a prisión perpetua, mientras que la abogada de Telleldín, Verónica Carzoglio, exigía la absolución y la nulidad de la causa.

Otra querella, integrada por representantes de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y la AMIA, habían solicitado al tribunal 20 años de prisión y la detención inmediata.

Absolución y fallo anulado

Dedicado a la compra y venta de autopartes, Telleldín, de 59 años, había sido juzgado como partícipe necesario del atentado en 2004, cuando el mismo tribunal, compuesto por otros jueces ya retirados, lo absolvieron a él y a cinco policías presuntamente implicados, acusados de formar parte de la llamada ‘conexión local’ con los autores del ataque terrorista. 

Sin embargo, el fallo fue anulado por el mismo tribunal luego de que se detectaran irregularidades en la investigación, llevada a cabo por el destituido exjuez federal Juan José Galeano, por entender que se cometieron ilícitos que la invalidaron.

Una de ellas revelaba el pago ilegal de 400.000 dólares a Telleldín para involucrar a los policías, sobre quienes dijo haberles entregado su camioneta marca Renault Trafic el 10 de julio de 1994, ocho días antes de la explosión.

Finalmente, el nuevo juez de la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, reinició el proceso y envió al exreducidor de autos a otro juicio oral, tras declarar delito de lesa humanidad imprescriptible al atentado.

El proceso comenzó el 18 de mayo de 2019, pero fue suspendido por la pandemia de coronavirus en marzo pasado y se reanudó por videoconferencia en junio.

Telleldín fue liberado en 2004, al término del primer juicio y luego de estar diez años en prisión preventiva, durante la cual se recibió de abogado en la cárcel, profesión que ejerce en la actualidad.

Investigación plagada de polémicas

El caso iniciado en la Justicia argentina para investigar el atentado de 1994 estuvo caracterizado por irregularidades y diversas fallas de los funcionarios judiciales. Además, muchos familiares denunciaron una presunta complicidad del entonces jefe de Estado, el peronista Carlos Saúl Menem. Así, el 6 de agosto del 2015 se inició otro juicio por el encubrimiento del atentado, conocido como AMIA 2.

En ese proceso, fueron acusadas 13 personas, y entre ellas estaba el expresidente. En febrero del 2018, el Tribunal Oral Federal N° 2 de la Capital Federal condenó a ocho implicados con penas de hasta seis años de prisión por desviar la indagación. Esta resolución también ordenaba tres años y seis meses de cárcel para Telleldín. Menem, y otros cuatro acusados, fueron absueltos. Esta sentencia todavía es revisada por la Cámara Federal de Casación Penal.

Tras quedar probado el encubrimiento del atentado, la Justicia argentina todavía tiene pocas certezas sobre cómo se cometió la masacre en la capital sudamericana. Hasta la fecha, tampoco se pudo probar que se utilizó un vehículo como coche bomba, atribuido a Telledín, quien acaba de quedar absuelto del crimen, pero no del encubrimiento.

Con ese marco, muchos entendidos e investigadores independientes remarcan que la investigación debe avanzar sobre la ‘conexión local’, necesaria para perpetrar el atentado. Por lo pronto, permanecen vigentes siete órdenes de captura internacional contra ciudadanos iraníes, y, de momento, no se profundizó en la denominada ‘pista siria’. Quienes se inclinan por esta hipótesis, sostienen que el ataque terrorista pudo haber sido, además de un atentado antisemita, una represalia por la política exterior argentina en Medio Oriente durante los 90. 

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