He pasado una gran parte de mi vida en contacto con los microbios. He hecho vida académica en laboratorios y en aulas enseñando microbiología. 

Desde antes del descubrimiento de los microbios se especulaba que muchas enfermedades infecciosas eran causadas por demonios o castigos de los dioses. 

La humanidad ha tenido grandes epidemias que han provocado millones de muertes. La pregunta de si hemos  ofendido a los dioses o a un Dios en particular siempre afloró entre los humanos.

Pasteur en los albores de la microbiología perfeccionó las vacunas y brindó una herramienta contra la rabia. 

Koch descubrió que un bacilo que causaba la tuberculosis. Se descubría el origen microbiano de la lepra y del cólera y de muchas otras enfermedades. La ciencia nos traía a la luz esos pequeños microorganismos que solo se veían al microscopio. 

Para los virus se necesitó el microscopio electrónico por su tamaño más pequeño que las bacterias.

Hace unos dos mil años se produjo una curación muy llamativa por Jesus.

 -Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

– le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?

– Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.

Juan 91: 3

Hoy en día con la pandemia del Coronavirus muchos se preguntan como aquellos ¿quién pecó? ¿Cuáles países han causado el enojo de Dios? En la historia anterior Jesús niega ese juicio y dice que ninguno ha pecado y que lo que ocurría era una oportunidad para que se manifieste la gloria de Dios.

En muchas religiones subsiste la idea de que un enojo de los dioses puede acarrear enfermedades y catástrofes naturales. Sacrificaban seres humanos para calmar a los dioses. 

El Dios judeo Cristiano Jehová, odia los sacrificios humanos y le hizo ver a Abraham que no quería el sacrificio de su hijo como hacían las religiones paganas. 

Los amigos de Job creían que la enfermedad de Job era por un pecado cometido y no era así. Como hombre de ciencias veo a los virus como entidades biológicas que están en el ambiente que necesitan células vivas para vivir, los cuales pueden mutar y causar enfermedades como lo ha hecho el Coronavirus. 

Para Jesús la enfermedad del ciego era una oportunidad para que se manifieste la gloria y el poder de Dios. No puedo decir lo que hay en el corazón de Dios, pero se que somos sus criaturas y que el nos ama. 

La humanidad ha vivido pandemias espantosas que han diezmado casi por completo la especie humana. Hemos sobrevivido y Dios ha permitido que la ciencia se desarrolle y se creen vacunas y medicamentos que han permitido el control de muchos gérmenes.

El hombre ha golpeado a la naturaleza, estamos cambiando el clima y hemos penetrado a hábitats que no eran nuestros. Algunos virus han salido de esos hábitats, han mutado y nos han causado grandes enfermedades como el Hantavirus, Nipavirus, Ebola y el Coronavirus SARS Cov 2 que causa el COVID 19.

A veces culpamos a Dios de desgracias que hemos causado los humanos con el uso irracional de los recursos naturales y por la vorágine de un capitalismo que sólo busca ganancias; sin importar los daños ecológicos que provocan.

Los que se preocupan en ver si faltas colectivas han molestado a Dios y por eso nos castiga pueden pensar en nuestras faltas personales que Dios no aprueba. Pero aún así el nos perdona y nos ama. Y si nos humillamos como naciones, el promete sanar nuestra tierra.

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