En una sola semana el organismo encargado de los sintechos tuvo constancia de 273 “incidentes críticos”.
Un informe interno al que ha tenido acceso New York Post muestra que la situación en los refugios para personas sin hogar de la ciudad se ha deteriorado tanto que muchos de sus usuarios se sienten más seguros viviendo en las calles o en el metro.
Amparándose en la Ley de Libertad de Información de EE.UU., el periódico pudo consultar documentos según los cuales en una sola semana, entre el 16 y el 21 de septiembre, se registraron no menos de 273 “incidentes críticos” en refugios neoyorquinos.
“Lo único bueno de este lugar es que el hospital está justo al lado, así que si me clavan un cuchillo en la espalda puedo ir andando hasta la sala de emergencias”, dijo a New York Post Kenneth Foster, un usuario de un refugio al que pocos días antes otro residente amenazó con un cuchillo a modo de advertencia.
Dominic, que vive en el refugio para hombres de Bellevue, argumentó que los refugios de la ciudad son más peligrosos que la prisión. “Pasé cinco años en [la cárcel de] Sing Sing y me sentí más seguro allí que aquí”, dijo. “Me siento más seguro en el metro”, agregó.
Las 424 páginas de datos que examinó el medio detallan un patrón impactante de agresiones. Un hombre que se alojaba en un refugio dentro de un Holiday Inn Express en Queens fue agredido mientras dormía, algo que según los informes es común. Dos residentes de un refugio de Far Rockaway fueron detenidos después de empezar a pelearse porque uno había acusado al otro de haber orinado y defecado en el suelo del baño comunal.
En otra ocasión, el personal socorrió a una mujer y a su hijo que estaban siendo golpeados en un refugio del Bronx, logrando ahuyentar al atacante antes de que pudiera causar un daño mayor.
Vincent, un exresidente de un refugio que regresó a las calles después de que le atacara un compañero de cuarto mientras dormía, le dijo al periódico que se vio obligado a abandonar el establecimiento porque “no se hizo nada” para prevenir las agresiones, y culpa de ello a la falta de personal y de seguridad.
En septiembre de este año, una madre migrante de Colombia de 32 años se ahorcó con un cable eléctrico en un refugio de Queens. Las autoridades de Nueva York han tenido problemas para albergar a inmigrantes ilegales en unos refugios para personas sin hogar ya superpoblados.
Aunque el Departamento de Servicios Sociales de la ciudad intentó descartar el informe como “suposiciones demasiado simplistas y engañosas sobre el sistema de refugios”, incluso la oficina del alcalde reconoció que, en comparación con 2021, este año ha habido un “aumento en las peleas/disputas, así como incidentes relacionados con drogas”.
Las peleas, los delitos sexuales, las sobredosis de drogas y las muertes en los refugios de la ciudad llevan años incrementando, según datos obtenidos por New York Post, y el número de muertes de residentes de refugios aumentó en un 58 % entre 2019 y 2021.