Durante el desarrollo del fármaco, los investigadores del Centro Gamaleya tuvieron en cuenta el hecho de que el SARS-CoV-2 mutaría.

Los creadores de la vacuna rusa Sputnik V conocían de antemano la capacidad de mutación del coronavirus y la tuvieron en cuenta durante el desarrollo del fármaco, declaró Alexánder Guíntsburg, el director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Moscú, que desarrolló el antígeno.

“Durante la creación de la vacuna, por supuesto, se tuvo en cuenta que el virus mutaría”, aseguró Guíntsburg. “Según todos los criterios, las nuevas cepas [del coronavirus] hasta el momento no afectan a la eficacia de la vacuna”, agregó.

El científico precisó que el centro que encabeza aún no ha recibido una muestra de la nueva cepa del coronavirus que fue identificada por primera vez en Reino Unido y este 10 de enero se detectó por primera vez en territorio de Rusia. Al mismo tiempo, Guíntsburg cree que actualmente puede haber varias mutaciones de los SARS-CoV-2 presentes en el país.

A mediados y finales de diciembre, otras mutaciones del virus SARS-CoV-2 fueron localizadas en Sudáfrica y Brasil.

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