El nuevo encargado del Poder Ejecutivo asegura que junto a su gabinete ha diseñado un plan para recuperar la dinámica económica y salud.

Santo Domingo, RD.- Luis Abinader asume este domingo 16 de agosto como el Presidente número 67 de República Dominicana. Tiene por delante el reto de enfrentar dos crisis: la sanitaria y la económica, cuya relación causa-efecto obliga a combinar los planes para la recuperación. Ha dejado establecido que continuará los programas de ayuda social a propósito de la pandemia del covid-19 por lo menos hasta diciembre.

Su llegada a la Presidencia, de hecho, se dio en circunstancias excepcionales, tomando en cuenta que ganó en medio de una campaña electoral matizada por un aumento constante de los casos de covid-19, virus que ha contagiado a casi 90,000 dominicanos y matado a más de 1,400 personas. Abinader, faltando apenas un mes para las elecciones, anunció que fue contagiado por el coronavirus.

El panorama macroeconómico no apunta alentador. Sin embargo, tomando en cuenta la calidad del equipo económico que ha conformado, Abinader tiene bien claro que la tarea de retomar a la normalidad será ardua, toda vez que no sólo depende de las acciones que se tomen a lo interno, sino de la forma en que reaccione el resto del mundo a la pandemia.

Revertir los números económicos registrados a la fecha, al tiempo de lograr que baje la curva de contagio del covid-19, ha sido fijada como la principal meta inmediata del gobierno se inaugura este domingo. Y no será fácil. Entre enero y junio de este año el producto interno bruto (PIB) experimentó una caída de -8.5%, mientras que las previsiones de los organismos internacionales, como es el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), establecen que en cualquier caso habrá un crecimiento negativo. Sólo en junio la economía se contrajo -7.1%.

El punto a favor lo representa la baja inflación registrada durante los primeros seis meses del año, pero este comportamiento obedece, básicamente, a la caída que ha experimentado la demanda interna y por la cuasi paralización del sector turismo, una caída de casi un 20% en la venta de cemento y el cierre de todas las actividades en las que se aglomeran personas.

Según el Banco Central, el índice de precios al consumidor (IPC) experimentó una variación de 1.88% en julio con respecto a junio de 2020, acumulando una inflación de 2.32% en enero-julio de 2020. Con este resultado la inflación interanual, medida desde julio de 2019 hasta julio de 2020, alcanzó 4.35 %, ubicándose dentro del rango meta establecido en el programa monetario de 4.0 % ± 1.0 %. El informe publicado por la institución monetaria establece que la inflación subyacente registró una tasa interanual de 4.14 %. Señala que el indicador de inflación subyacente aísla las variaciones de los precios de algunos bienes agropecuarios que tienden a ser volátiles, así como de las bebidas alcohólicas, el tabaco, los combustibles y los servicios administrados y de transporte, permitiendo de esta forma extraer señales más claras para la conducción de la política monetaria.

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Por El Dinero