Este caso, sin precedentes en el país asiático, se produce días después de la decisión de la Iglesia católica de implementar una legislación más estricta en contra de los abusos sexuales

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En un tribunal de primera instancia de la ciudad de Pala, (Kerala, India) fueron presentadas acusaciones contra Franco Mulakkal, el obispo indio imputado por haber supuestamente violado e intimidado a una monja en repetidas ocasiones desde 2014.

La hoja de cargos comprende más de 2.000 páginas y acusaciones por confinamiento ilícito, violación, sexo no consentido, intimidación, entre otros delitos que se prolongaron durante dos años. Además, incluye las declaraciones de 83 testigos, entre ellos, un cardenal, tres obispos, 11 sacerdotes y 25 monjas. De ser declarado culpable, Mulakkal podría enfrentarse a una cadena perpetua o a una pena mínima de 10 años de prisión, detalla The  Times of India.

De acuerdo con el grupo Save Our Sisters (Salven a nuestras hermanas), de la Iglesia católica de la India, conseguir llevar a juicio a un obispo basándose en “la queja de una monja subordinada a él” es un “raro incidente” que hará historia. 

Las acciones delictivas de Mulakkal fueron hechas públicas gracias a la acción de varias compañeras de la monja ─cuya identidad no se ha revelado─, que decidieron romper el silencio y realizaron una protesta de varios días frente al Tribunal Superior de Kochi en septiembre pasado. La iglesia involucrada se vio obligada a reconocer los hechos y el implicado fue arrestado, aunque quedó en libertad bajo fianza el 16 de octubre.

La víctima del presunto delito afirma que padeció varios abusos sexuales por parte de Mulakkal, el primero de los cuales se habría cometido en 2014. A pesar de que la monja denunció lo ocurrido por primera vez en enero del 2017, el cardenal indio George Alencherry le pidió no dar aviso a la Policía y los medios.

La decisión judicial de las autoridades indias en este caso sin precedentes en el país se produce días después de que la Iglesia católica implementara una legislación más estricta  en contra del abuso sexual. Las nuevas leyes, aprobadas personalmente por el papa Francisco, obligan a las autoridades del Vaticano adenunciar “sin demora” los posibles casos de abuso sexual y estipulan la destitución inmediata de cualquiera de sus miembros que sea declarado culpable.

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