El vicepresidente de EE.UU. opina que invocar la 25.ª enmienda “establecerá un terrible precedente”.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se negó a invocar la 25.ª enmienda de la Constitución de EE.UU. para destituir al mandatario saliente, Donald Trump, precisando que “no es una herramienta de castigo ni de usurpación”.
Opina que invocar la 25.ª enmienda “establecerá un terrible precedente”.
Según la cuarta sección de dicha enmienda, la destitución es posible si el vicepresidente y la mayoría de los secretarios del Gabinete concluyen que el mandatario es “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. Entonces, las funciones presidenciales se delegarían automáticamente en Pence hasta que el presidente electo Joe Biden asuma el cargo el 20 de enero.