Según Amy, nadar vestida de sirena fue una forma para dejar de pensar en la disforia de género y aliviar el estrés.

La administración de una piscina en Suecia ha prohibido a una persona transgénero* que nadaba con un traje de sirena usar el vestuario femenino de las instalaciones, informaron medios locales la semana pasada. En respuesta, Amy, de 26 años, ha denunciado los hechos ante la Defensoría del Pueblo contra la Discriminación, sin embargo, no descartan que su queja pueda ser infundada.

Según Amy, nadar como una sirena fue una forma para dejar de pensar en la disforia de género que, de otro modo, le causa estrés a diario. Durante varios meses, Amy visitó la piscina de la ciudad sueca de Linkoping y se cambiaba en el vestuario para mujeres, pero un día el personal la detuvo y la dirigió al vestuario de hombres. «Eres un chico biológico, tienes que entrar ahí», explicó el empleado. 

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Por su parte, la piscina municipal, que está gestionada por la empresa Medley, se remite a su política nacional, según la cual se debe utilizar el vestuario que corresponda al sexo legal de cada persona o, como alternativa, su vestuario neutro. Se detalla que allí hay dos vestuarios de este tipo adaptados para una persona a la vez, no obstante, Amy afirma que no son tan buenos como los demás, ya que faltan taquillas y secadores de pelo.

Además, la transgénero señaló que quiere cambiarse en el vestuario de mujeres porque se identifica como mujer y quiere estar con sus amigas en las mismas condiciones. Aclaró que, para evitar que otros se sintieran incómodos, se cambia la ropa en el baño. «No quiero arriesgarme a incomodar a nadie ni a mí misma», expresó.

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