La Gesta de Abril de 1965, fue una memorable plataforma histórica, para poner de manifiesto la fuerza infinita y el amor patriótico de la mujer dominicana, en esa hazaña vinculada intrínsecamente con la libertad, y el decoro del pueblo dominicano.

Como baluarte de dignidad y sacrificio, la Revolución de Abril de 1965, encierra un paralelismo histórico con nuestras Guerras Independentistas y nuestras luchas por la Restauración, en aquellos acontecimientos trascendentes de nuestra historia, encontramos aguerridas y valientes dominicanas que por sus hazañas, hoy ocupan espacios inolvidables en la historia.  

El 24 de abril de 1965 estalló una de las manifestaciones populares más importantes de la historia republicana en nuestro país. La causa de esta insurrección que devino en levantamiento armado fue el golpe de Estado de 1963 contra el gobierno del profesor Juan Bosch. En reclamo por la vuelta a la constitucionalidad, las fuerzas populares encabezaron una revolución triunfante que derrocó el gobierno golpista.

A cuatro días de la revolución, y con el fin de frustrar las aspiraciones de reponer el gobierno legítimo que tenía el pueblo, se produjo una intervención militar norteamericana en Santo Domingo. Con la llegada de las tropas invasoras a territorio nacional, la revolución se convirtió entonces en una guerra patriótica.

Las fuerzas constitucionalistas resistieron con heroísmo, pero dada la desigualdad, perdieron la guerra. La victoria moral, sin embargo, fue de tal magnitud que jamás en la historia dominicana ha sido posible desconocer la soberanía popular.

Abril del 65 es un hito en la historia dominicana; y allí, en ese escenario, como en tantos otros, las mujeres también estuvieron. Como en la Guerra de Independencia, o en la primera intervención norteamericana de 1961, o en la resistencia a la dictadura trujillista, también en la revolución de abril de 1965 las mujeres se integraron a la lucha.

¿Qué hicieron las mujeres?

Tareas tradicionales como organizar el suministro de comida; tareas audaces como entrenarse en el manejo de las armas y luego impartir instrucción a otros combatientes; tareas diversas de logística como procurar fondos y comida en el interior del país mediante contactos e incursiones fuera de la zona de guerra; servir de correo clandestino, tipificar sangre, organizar a las personas heridas en los hospitales y distribuir documentos, trasladar armas, procurar combustible y enterrar a los muertos; tareas imprescindibles y riesgosa sin las cuales no hubiese sido posible la resistencia.

¿Quiénes eran ellas?

De diversa procedencia, la mayoría eran mujeres jóvenes que venían de una larga dictadura con legítimas ansias de libertad y que anhelaban un Estado democrático donde el pueblo eligiera su propio destino. Algunas eran conocidas; otras lucharon en el anonimato y su aporte quedó en el silencio, pero por haberse sumado al movimiento constitucionalista, abril del 65 quedó como ejemplo imperecedero de heroísmo patriótico y de lucha por la dignidad nacional.

En el 54 aniversario de la guerra de abril, recordemos a estas valiosas y aguerridas  combatientes.

Hilda Gautreau

Militante del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y posteriormente del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Fue activista estudiantil y se graduó de abogada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Como tal, defendió a presos políticos en los tribunales del país. Se integró a la revolución de 1965 desde el Comando Médico y participó en los combates del Puente Duarte los días posteriores al 24 de abril.

Yolanda Guzmán

Militante del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y sindicalista. Fue una de las primeras mujeres combatientes caídas en la guerra de 1965. El 2 de mayo, en un paraje de Guanuma, mientras alentaba a los pobladores a tirarse a las calles a luchar contra la intervención, fue fusilada por miembros del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) que defendían al gobierno golpista.

Emma Tavárez Justo

Dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde se destacó como dirigente estudiantil. Posteriormente militó en el Partido Comunista Dominicano (PCD). En abril de 1965 se incorporó a las fuerzas constitucionalistas y fundó en centro para recibir combatientes heridos cuyos comandos no ofrecían condiciones para su convalecencia.

Piky Lora

Guerrillera en la insurrección armada del Movimiento Revolucionario 14 de Junio en 1963 en el frente Juan de Dios Ventura Simó que operó en las montañas de Ocoa. Sufrió cárcel y exilio, y a su regreso al país en 1965 se unió a las fuerzas constitucionalistas desde el Comando Central del 14 de Junio. Fue instructora militar en la Academia 24 de abril. Abogada, especialista en materia de tierras, posteriormente defendió al Estado del robo de terrenos por parte de particulares.

Aniana Vargas

Se inició en la lucha contra la dictadura y partió hacia el exilio en 1959, donde se ligó intensamente a las actividades antitrujillistas. De regreso al país, se integró al Movimiento Revolucionario 14 de Junio. En abril de 1965 combatió en la zona norte de la capital bajo la dirección de Roberto Duvergé. Años más tarde fundó una federación de campesinos para luchar contra los desalojos y por la preservación de la cuenca de los Ríos Yuna y Blanco.

Nurys Rodríguez

Perteneció al Comando José Horacio Rodríguez, fue una fiel exponente del valor y la  femineidad dominicana.

Teresa Espaillat, Cristina Díaz, Sagrada Bujosa, Ana Altagracia Apolinar Andújar, Mercedes Ramírez (La Rubia), Agustina Rivas (Tina Bazuca), Gladys Rivera Vizcaíno, Gladys Borrer (La Coronela), entre otras destacadísimas heroínas.

A muchas de estas mujeres la Revolución de Abril, las sorprendió ´´fogueadas en las luchas sociales´´, por ser militantes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

Lucharon sin pensar en nada a cambio. El deber, el amor a la patria las convencieron de que era necesario ante el llamado de la historia una entrega total y absoluta, el espíritu de la heroína taína Anacaona, su inteligencia y la  defensa de su pueblo, embriagó las mentes y los corazones de éstas valerosas dominicanas.

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