El gasto para contener precios equivale al 17% de lo que el Estado recauda.

Si bien los subsidios a los combustibles se han divulgado una semana a otra desde que se anunció la medida el 7 de marzo de 2022, seguir el ritmo acumulado real resulta más complejo.

No es para menos. El precio del barril de petróleo WTI pasó de US$89.1 a US$123.70 en apenas un año, para luego caer a US$73.7 en 2023 y estabilizarse con un promedio de US$76.6 en 2024.

En aquel momento, el Presidente estimó que el sacrificio fiscal mínimo del Gobierno oscilaría entre RD$600 y RD$1,000 millones semanales, lo que equivaldría a entre RD$2,400 y RD$4,000 millones mensuales, o entre RD$9,600 y RD$16,000 millones durante los cuatro meses que inicialmente se proyectó para la aplicación de la medida. Las proyecciones no estuvieron lejos de la realidad.

Desde entonces, el gasto en subsidios ha rondado entre RD$11,292.8 millones en 2023 y RD$16,690 millones a la fecha.

Solo en el primer semestre de 2025, el monto ya supera los RD$5,706 millones, de acuerdo con cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM).
En conjunto, los últimos dos años acumulan más de RD$22,396 millones en subsidios a los combustibles.

Unos tres años después, aun cuando los precios internacionales del petróleo han dejado de escalar como en años anteriores, el viceministro de Comercio Interno, Ramón Pérez Fermín, defiende que el Gobierno dominicano mantenga el subsidio a los combustibles porque los productos derivados (gasolinas y diésel) siguen estando más caros afuera que el precio fijado internamente.

“Independientemente de cómo se esté comportando el petróleo, los productos terminados han tenido un incremento muy pronunciado durante cuatro años. Una cosa es subsidiar los aumentos y otra es mantener el precio fijo”, explicó.

Aclaró que no se trata de un subsidio para evitar aumentos eventuales, sino de una política permanente para sostener un precio interno que ya se fijó por debajo del costo real del mercado internacional.

“Inversión”, no gasto

Antes del covid-19, el Gobierno de República Dominicana no implementaba subsidios regulares a los combustibles. La política de subsidios extraordinarios comenzó en 2020 como respuesta a la crisis económica derivada de la pandemia. Pérez Fermín aseguró que, aunque en el pasado hubo intervenciones puntuales, nunca se había sostenido una medida de este tipo.

“Los periodos que hemos subsidiado desde Industria y Comercio y desde el Gobierno del presidente Luis Abinader jamás habían sido ni siquiera parecidos, ni en montos ni en tiempo”, dijo.

No obstante, aclaró que el Gobierno no lo concibe como un gasto. “Para nosotros, desde el gobierno del presidente, es una inversión. Es una inversión en competitividad, en estabilidad, en que el país siga expandiendo su economía y en contener la inflación”. De hecho, insistió en que los subsidios no deben verse como una pérdida fiscal, sino como una política estratégica.

Es un hecho que el combustible impacta transversalmente todas las actividades económicas. Él lo explica de forma más clara: si sube la gasolina o el diésel, “tiene que encarecerse todo”. Agregó que mantener los precios del combustible controlados beneficia directamente al sector industrial y a toda la estructura productiva del país.

Como tal, la fijación de los precios de los combustibles se realizaba semanalmente por el MICM mediante resoluciones que ajustaban los precios según las fluctuaciones del mercado internacional. Estas resoluciones no incluían subsidios directos, sino que reflejaban los costos internacionales en los precios locales.

Pérez Fermín destacó que el mercado de combustibles en República Dominicana es regulado y que todos los actores (importadores, distribuidores y estaciones) tienen márgenes fijos. Por tanto, el subsidio no se otorga a cada eslabón de la cadena, sino que se aplica “arriba”, en el costo del producto antes de entrar en la cadena de comercialización. “Lo que se subsidia es en la importación”, puntualizó.

Esto garantiza que los demás actores mantengan sus ingresos sin alteración y que el precio final permanezca invariable. “El Gobierno fija el precio de venta. En República Dominicana la gente no vende como quiere, sino como el Estado fija los costos”. De esta forma, insistió, el subsidio llega automáticamente al consumidor, porque el precio que se paga en bomba no cambia, aunque el costo real haya aumentado.

Cifras

Durante el primer semestre de 2025, los precios de los combustibles a nivel local mostraron una mínima variabilidad. La gasolina Premium y Regular se mantuvieron sin variación, cotizándose en RD$290.10 y RD$272.50 por galón, respectivamente. En contraste, el gasoil Regular registró un leve incremento, pasando de RD$221.60 a RD$224.80 por galón, mientras que el gasoil óptimo subió de RD$239.10 a RD$242.10 por galón. El gas licuado de petróleo (GLP) reflejó un aumento más notable, de RD$132.60 a RD$137.20 por galón, en tanto que el gas natural permaneció estable en RD$43.97 por metro cúbico.

En términos de consumo, entre enero y septiembre de 2025 se han gravado más de 1,161 millones de galones de combustibles, según datos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). El GLP es el más demandado, con 371 millones de galones gravados, de los cuales 251.4 millones corresponden al primer semestre del año y prácticamente 36 a 47 millones mensuales en el tercer trimestre. Le sigue la gasolina premium, con 296 millones de galones, mientras que la regular registró 141 millones en el mismo período. En el caso del diésel, el gasoil regular movilizó 226 millones de galones, superando al óptimo, que totalizó 126 millones.

Por su parte, la recaudación fiscal por hidrocarburos en 2025 mantiene cifras similares al 2024, según datos de la DGII. Entre enero y junio, el impuesto Ad-Valorem del 16% generó RD$15,975 millones, apenas ligeramente por debajo de los RD$16,090.3 millones registrados en el mismo período de 2024.

El impuesto específico sobre hidrocarburos ascendió a RD$27,281.2 millones, superando el monto de RD$26,513 millones recaudado en la primera mitad del año pasado. En conjunto, los tributos sobre los combustibles sumaron RD$43,256.3 millones entre enero y junio de 2025, frente a RD$42,603.3 millones del mismo lapso en 2024.

Si se observan los subsidios, en el primer semestre de 2025, el Gobierno dominicano destinó más de RD$7,207 millones para mantener el precio de los combustibles, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM). El Gas Licuado de Petróleo (GLP) concentró la mayor parte del gasto, con RD$4,631 millones, mientras que el gasoil regular recibió RD$1,084 millones.

Las gasolinas también registraron subsidios: RD$710 millones para la premium y RD$288 millones para la regular. Por su parte, el gasoil óptimo sumó RD$495 millones. Esto se traduce en que, aunque los subsidios a los combustibles representan una carga para el Estado, solo en el primer semestre de 2025 representaron alrededor del 17% de lo recaudado por su consumo. Cabe destacar que, en el primer semestre, las importaciones de aceites de petróleo o minerales bituminosos (excluyendo el crudo) alcanzaron los US$1,417.1 millones, representando el 9.7 % del total de bienes importados.

Aunque no ofreció una fecha estimada para descontinuar la medida, Pérez Fermín recalcó que la continuidad depende de que el precio internacional se mantenga por encima del precio interno fijado. Mientras esa brecha exista, aunque no aumente, el Gobierno dominicano deberá asumir la diferencia si quiere evitar alzas inmediatas en la bomba. Una respuesta similar fue emitida desde MICM en exclusiva para elDinero en el cual detalla que, debido a la volatilidad de los factores geopolíticos y financieros, resulta incierto determinar con precisión las proyecciones de los subsidios a los combustibles durante el segundo semestre de 2025, o período posterior.

El comunicado destaca que las tensiones internacionales, las fluctuaciones en el precio del petróleo y la dinámica global son factores que condicionan las decisiones gubernamentales en materia de subsidios. Por ello, cualquier estimación sobre los montos a destinar, el impacto en los precios locales de los combustibles o los posibles ajustes a las partidas presupuestarias debe considerarse preliminar.

El MICM señaló que los criterios empleados para establecer los subsidios se basan en variables como la estabilidad macroeconómica, la capacidad fiscal del Estado, la protección del consumidor y la mitigación de efectos inflacionarios, las cuales podrían modificarse a medida que evolucione el contexto económico nacional e internacional.

América Latina y el Caribe

El viceministro sostuvo que, gracias a esta política, el país figura entre los mercados con precio de gasolina más bajo de la región, incluyendo naciones insulares comparables. “Hoy tenemos una gasolina más barata que Jamaica, Aruba, Cuba, Chile, Costa Rica, Nicaragua, México, Bahamas, Dominica y Santa Lucía”, enumeró.

Sobre el diésel, dijo que República Dominicana es más barata que Chile, Argentina, Canadá, Brasil, Perú, Haití, Uruguay, Gran Caimán y Jamaica, entre otros. Consultado sobre si ese diferencial depende directamente del subsidio, respondió que cada país tiene su propia estructura de costos e impuestos, pero que lo verificable es el resultado: “está más barato aquí”.

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Por El Dinero