Yolanda Sepúlveda, la madre de Tony Seval murió hace 10 años clamando justicia por su hijo, fallecido el 24 de octubre de 1985.

Santo Domingo, RD.-Las historias de muertes relacionadas a maltratos por parte de policías dominicanos también han tocado a los artistas. Hace 36 años el merenguero Tony Seval fue una de esas víctimas que llegaron detenidas a un destacamento policial y terminaron en una tumba.

Yolanda Sepúlveda, la madre de Tony Seval, murió hace 10 años clamando justicia por su hijo, fallecido el 24 de octubre de 1985, luego de ser apresado junto a varios integrantes de su orquesta mientras ensayaban en el sector de Villa Francisca en la capital dominicana.

Para la época de su asesinato, a sus 31 años de edad, Seval se había convertido en un suceso musical junto al grupo Los Gitanos con los merengues “Pa’ bochinchar”, “Zaida”, “Le lloro y qué” y “Chévere”. Por esas extrañas coincidencias de la vida, el tema “El muerto” fue su mayor éxito. Sin embargo, tanta alegría por la emoción de lograr pegada se opacó de la noche a la mañana.

El 22 de octubre de 1985 Tony Seval fue apresado y llevado al destacamento policial de Villa Juana en circunstancias que todavía hoy día quedan por determinarse.

Su hermano, Yoryi Seval, ha sostenido que en realidad se lo llevaron preso en una redada, no porque lo estaban buscando ni tampoco fue porque tenía una amante, y mucho menos porque vio un cargamento de drogas.

“Se trató de una redada normal”, como se hacían en la época, contó su hermano sobre aquel fatídico día para su familia nativa de La Romana.

El periodista Huchi Lora recuerda el caso: “Mientras ellos estaban ensayando llegó una patrulla de la policía y se llevó a varios de ellos preso. Los registraron dizque buscando drogas, pero no creo que él estuviera en eso, porque no tenía ese perfil”.

Según el testimonio de Yoryi Seval, su hermano padecía de claustrofobia y esto no le permitió razonar en el momento en que fue apresado, tornándose desesperado, llevándolo a vociferarle a los policías improperios y pidiendo que lo dejaran ir.

“A mi hermano no lo andaban buscando para matarlo como se ha dicho todos estos años. Tampoco se lo llevaron a propósito, ni estaba involucrado sentimentalmente con nadie, ni es cierto que vio un cargamento de drogas y por eso se lo llevaron. Todo eso es mentira”, dijo Yoryi Seval.

En declaraciones al periódico El Día, Yoryi sostuvo que su claustrofobia no lo dejó pensar en su situación como detenido y cuando los policías le cayeron encima con violencia él respondió de la misma manera y esto degeneró en su asesinato.

“Cuando pasa la trifulca entre ellos, uno de los policías dijo: – Tenemos un guapo aquí, tú no te dejas dar, tú eres un león-. Creo que cuando se dieron cuenta que era un artista decidieron salir de él y lo mataron”, expresó Yoyi Seval a El Día en octubre pasado.

Luego agregó: “Él no se dejó dar, le cayeron todos encima y le hicieron de todo, a ellos se les fue la mano, porque entendían que era un guapo, luego se asustaron y lo llevaron a curar, pero de nuevo él se puso violento, le brincó a otro policía y pasó lo que pasó”.

Uno de los argumentos esgrimidos por los miembros de la policía de turno en el destacamento fue el de que Tony Seval había tenido un enfrentamiento violento con otros presos y recibió múltiples heridas de armas blancas en todo el cuerpo que le quitaron la vida.

“Realmente, a él le metieron unos tipos en la misma celda para que lo mataran. Tanto es así que Tony Seval tenía estocadas de armas blanca en las en las platas de los pies”, dijo el veterano periodista Huchi Lora, conocedor del suceso.

Herido de gravedad, el merenguero fue trasladado al Hospital de las Fuerzas Armadas, donde fue aparentemente asesinado de un cartuchazo por un militar, alegando que el artista se sublevó con intenciones de desarmar al guardia.

Testigos en los alrededores del Hospital de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aseguran que la noche en que, herido, Seval fue trasladado a este centro hospitalario se escucharon disparos en las afueras del mismo.

“Yo me metí en el sitio donde estaban preparando el cadáver y él tenía heridas en las plantas de los pies. Habían dicho que él recibió esas heridas peleando. ¿Cómo en un pleito a una persona le pueden rajar con arma blanca los pies?”, se preguntó Huchi Lora.

La popularidad que el malogrado artista había alcanzado hizo que el pueblo se lanzara a las calles contra lo que llamó un “vil asesinato”.

Aunque quizá no se tratar de un asesinato político, esa muerte provocó mucha indignación de la ciudadanía y todas las noches protestaban encendiendo velas en las aceras y el frente de las residencias en muchas partes del país.

Fue una nueva modalidad de protestar, sin quemas de gomas ni lanzando piedras y destruyendo propiedades públicas o privadas, sino una metodología pacífica que se esparció por todo el país, poniendo en jaque el gobierno de Salvador Jorge Blanco, quien gobernó entre 1982 y 1986.

Tanto Jorge Blanco como el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Manuel Antonio Cuervo Gómez, se tuvieron que dirigir al país para hablar del tema, lo que demuestra la connotación adquirida por el caso que, igual, no pasó de ahí, perdiéndose en el tiempo, sin que los responsables fueran castigados.

Argumentos de su esposa y madre. La esposa del cantante, Josefina Camarena, llegó a comentar que su compañero sentimental se había presentado en la residencia de un alto militar de la época y vio algo que no debió y desde entonces fue perseguido hasta llegar a un triste desenlace.

Sin embargo, su madre, Yolanda Sepulveda, comentó en una ocasión que la muerte de su hijo no tuvo que ver con personas ligadas al mundo militar por motivo pasional, sino más bien con una profesora de vocación, con quien mantenía una relación extramarital, quien le servía de seguridad en sus presentaciones.

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