El agresor fue detenido semanas después del crimen.

La investigación de un crimen derivó en la detención de un hombre en el partido de La Matanza, Buenos Aires (Argentina), quien confesó el homicidio, pero expresó que lo había cometido porque estaba «muy drogado» y había confundido a la víctima, que era su amigo, con una figura mítica conocida como el ‘Pomberito’.

El asesinato de Gastón Altamirano, de 26 años, quien tenía enanismo, fue cometido el 24 de octubre. Ese día fue encontrado con graves heridas en el taller mecánico en el que trabajaba como sereno en el partido de Quilmes, Buenos Aires. Según trascendió, había recibido 20 puñaladas, aunque permanecía con vida, por lo que fue trasladado hasta un hospital cercano donde finalmente falleció.

Antes de morir, llegó a revelar quién había sido su agresor: «Fue Pablo». De esa manera hizo referencia a Pablo Calatayud, su amigo, quien además de apuñalarlo le robó 300.000 pesos (unos 295 dólares) de su pensión por discapacidad y se fugó.

A partir de ese momento, la Policía de la Provincia de Buenos Aires inició la investigación y una semana después incautó dos teléfonos celulares vinculados con el presunto asesino.

Finalmente, este martes, Calatayud, de 46 años, fue encontrado en un barrio de emergencia conocido como La Candela, en La Matanza. Tras su detención, confesó el crimen y admitió que en ese momento estaba «muy drogado» y hasta dijo que lo había confundido con el ‘Pomberito’.

Un mito guaraní

Ese personaje mítico forma parte de la tradición guaraní de Paraguay, Brasil y Argentina. Los relatos lo describen como un hombre de baja estatura, moreno, de brazos muy cortos, boca grande y dientes muy blancos, que vive en los bosques o zonas rurales. También mencionan que tiene una barba larga y un sombrero de paja.

El ‘Pomberito’ solamente sale de noche y puede tener la bondad de ayudar a agricultores y pastores con los cultivos o la cría de animales. A cambio se debe dejarle ofrendas como miel, tabaco o caña de azúcar. Sin embargo, también puede demostrar maldad hacia quienes se burlan de él y hasta suele secuestrar a los niños que entran a los bosques sin permiso.

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