La Policía ya ha detenido al sospechoso de matar el pasado fin de semana a un simpatizante del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Una nueva discusión política terminó en asesinato este fin de semana en Brasil, donde el próximo domingo se celebran elecciones en medio de una creciente tensión ante el pulso que protagonizarán el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y el exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

La Policía informó que Antonio Carlos Silva de Lima, de 39 años, y simpatizante de Lula fue asesinado a puñaladas en un bar en la ciudad de Cascavel, a unos 64 kilómetros de Fortaleza, capital del estado de Ceará.

“¿Quién es elector de Lula?”, preguntó Edmilson Freire da Silva, de 59 años, al entrar en el establecimiento. “¡Yo!”, respondió Lima. A partir de ahí, según los testimonios recogidos por las autoridades, se desencadenó la pelea.

Freire da Silva, que cuenta con antecedentes judiciales por lesión corporal dolosa en contexto de violencia doméstica, fue detenido el lunes. 

“Es un crimen provocado por una discusión por opiniones políticas diversas; de la defensa de un candidato, y la intolerancia política de esa defensa generó las agresiones”, explicó el jefe de la comisaría de Cascavel, Josafá Araújo Carneiro Filho.

Se trata del tercer crimen cometido presuntamente por divergencias políticas en estos últimos meses. 

En julio, un militante del Partido de los Trabajadores (PT) fue asesinado a tiros por un agente penitenciario federal y seguidor de Bolsonaro en Foz de Iguazú, en el estado de Paraná (sur), y a principios de septiembre un petista murió a cuchillazos por un colega de trabajo en Confresa, en Mato Grosso (centro-oeste), tras una discusión política.

Otros ataques

También el pasado fin de semana, Hildor Henker, de 34 años, fue asesinado a puñaladas en un bar en Rio do Sul, en el estado de Santa Catarina. La Policía investiga si el crimen tuvo motivaciones políticas o si se trató de una disputa familiar.

Asimismo, el sábado, en la ciudad de Angra dos Reis, cerca de Río de Janeiro, una joven, de 19 años, criticaba a Bolsonaro en una conversación con sus amigos en un bar cuando fue golpeada en la cabeza con un palo de madera por un cliente bolsonarista.

Por su parte, el diputado Paulo Guedes, del PT, comunicó el domingo que el vehículo en el que viajaba fue tiroteado en Montes Claros, en el estado Minas Gerais, donde hacía campaña política. Según él, el atacante era un bolsonarista.

Ni Lula ni Bolsonaro se han manifestado sobre estos hechos. Sí lo hizo Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT).

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“Atacaron en la cabeza a una chica por hablar en contra de Bolsonaro, le dispararon a nuestro compañero Paulo Guedes y ahora sabemos que un bolsonarista entró a un bar, preguntó quién era el votante de Lula y lo apuñaló. Es fanatismo y odio alimentado por un hombre inhumano y cruel”, señaló.

Una inédita encuesta difundida este mes reveló datos preocupantes: un 67,5 % de los brasileños entrevistados teme ser agredido físicamente por causa de su elección de candidato o partido, y un 3,2 % asegura haber sufrido amenazas políticas en el último mes.

Mientras, en la recta final de la campaña, Lula ha logrado aumentar su favoritismo en cuatro puntos porcentuales, al pasar de 44 % a mediados de agosto al 48 % actual, mientras que Bolsonaro bajó de 32 % a 31 % en el mismo periodo, según el último sondeo del Instituto de Inteligencia en Pesquisa y Consultoría Estratégica (Ipec).

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