Un estudio llevado a cabo entre murciélagos en cautividad ha mostrado el caso de una hembra sin descendencia que empezó a lactar el mismo día en que murió la madre de una cría.
Una cría de murciélago vampiro que se quedó sin madre a los 19 días de nacer fue adoptada por una hembra con la que no tenía ningún vínculo de sangre, reporta el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Este episodio fue detectado durante un estudio llevado a cabo en una colonia cautiva de la especie ‘Desmodus rotundus’ en la localidad de Gamboa, en Panamá.
Los investigadores destacan que comportamientos semejantes fueron observados en murciélagos vampiro en los años 1970, aunque entonces no se documentaron ni se describieron debidamente. El nuevo estudio, publicado este 10 de febrero en la revista Royal Society Open Science, recoge las observaciones realizadas durante cuatro meses con cámaras de vigilancia y muestra detalles de los cambios en las relaciones sociales dentro del grupo, en el que había más de 20 hembras adultas.
Una de esas hembras, que no tenía ninguna cría propia en la jaula, inicialmente se encargó, con más frecuencia que los demás miembros del grupo, de masticar y regurgitar comida para la madre del bebé recién nacido. Posteriormente, cuando la madre murió a causa de una enfermedad, amamantó a la cría huérfana, y más adelante la alimentó regularmente regurgitándole sangre en la boca, tal como hacen estos animales.
Las dos hembras adultas empezaron a interactuar de manera cercana (por ejemplo, acicalándose mutuamente) a pesar de que no mantenían vínculos familiares y de que su primer contacto fue ya en cautiverio, puesto que habían sido capturadas en dos lugares situados a una distancia de 340 kilómetros.
Los investigadores creen que sus hallazgos son consistentes con la hipótesis de que “la adopción por parte de animales sin vínculos familiares puede estar motivada, en parte, por una historia de interacciones cooperativas“. Sin embargo, estas interacciones no se restablecieron en la totalidad de la población cautiva.
Los videos obtenidos por los biólogos permiten apreciar cómo los murciélagos comenzaron a tender nuevos lazos sociales en la jaula, acicalándose y compartiendo alimentos. Para sobrevivir, los murciélagos vampiros deben comer con frecuencia, generalmente cada noche, recuerda el comunicado del Smithsonian al respecto. Si un ejemplar no consigue encontrar alimento, existe la posibilidad de que reciba sangre regurgitada por un compañero social próximo.
Poco antes de que la madre enferma muriera, Imran Razik, un estudiante posgraduado que participó en la investigación, observó que la cría se subía ocasionalmente a la otra hembra y ahora supone “que esto pudo haber iniciado una cascada de mecanismos neuroendocrinos que hicieron que [la hembra] empezara a lactar“. La madre adoptiva no estaba embarazada ni tenía una cría propia, de manera que no debería haber lactado; sin embargo, los científicos notaron que empezó a producir leche el mismo día en que murió la madre de la cría.