La historia ha inspirado una película, protagonizada por Keira Knightley, sobre cómo una traductora de la inteligencia británica destapó que la NSA espiaba a delegaciones de varios países en la ONU para recabar apoyos para invadir Irak en 2003.
La periodista británica Nicole Mowbray se abrió y recordó el pasado en un artículo del periódico The Guardian, en el que se explica cómo “el mayor error” de su carrera provocó un escándalo internacional hace 16 años. El artículo aparece en vísperas del estreno de la película ‘Official Secrets’ (con Keira Knightley como protagonista principal) sobre la historia de la joven traductora británica Katharine Gun, un episodio en el que Nicole también desempeñó un papel pequeño pero crucial.
En 2003 Katharine Gun era una joven traductora del mandarín de 28 años que trabajaba en el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido (GCHQ, por sus siglas en inglés), un servicio de inteligencia especializado en la seguridad de la información y secretos de Estado. Allí tuvo acceso a una carta secreta de la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, y decidió que por su contenido lo correcto era filtrarla a las autoridades británicas.
La carta que tenía a su disposición Gun aseguraba que la agencia escuchaba los teléfonos y leía los correos de las delegaciones en la ONU de Angola, Camerún, Chile, México, Guinea y Pakistán, países que podían influir en la decisión de invadir Irak. Gun entregó el documento a The Observer, el suplemento dominical de The Guardian.
La importancia de los detalles
Una de las periodistas que entonces trabajaba en ese periódico era Nicole Mowbray. Un día la joven de 24 años recibió de sus superiores el encargo de escribir el texto de la copia impresa de un correo electrónico. No le dieron más detalles sobre la naturaleza del trabajo, pero sí que le pidieron que era importante que no cometiera ningún error.
Al día siguiente, se publicó un artículo revelador de The Observer con el título ‘Revelado: el juego sucio de EE.UU. para ganar el voto sobre la guerra de Irak‘, que llegó a ser uno de los materiales más destacados en la historia del periódico.
El artículo contenía la carta “altamente secreta” transcrita por Nicole. Poco después de su publicación, uno de sus superiores le dijo que con su trabajo había provocado un “escándalo internacional”. El desencadenante fue que la joven periodista quiso hacer su trabajo tan bien como supo y sin errores, tal y como le habían pedido, pero un exceso de celo la llevó a sustituir la ortografía en inglés estadounidense por la británica. Debido a este pequeño detalle, lectores de todo el mundo llegaron a la conclusión de que la carta había sido inventada por los propios autores del artículo de The Observer y dudaron de la autenticidad de la nota filtrada.
No obstante, más tarde Katharine Gun, la traductora que había filtrado la carta, reveló su identidad para confirmar la existencia y la autenticidad del documento. Esta decisión no solo le arruinó la carrera profesional, sino que a raíz de ella fue arrestada y juzgada por violar secretos de Estado. En cambio Mowbry no fue despedida por haber modificado el texto que le pidieron transcribir, y aún trabajó en The Observer tres años más después de los hechos.
Años después, Nicole Mowbray fue invitada a una proyección de primer corte de la película, donde su personaje es interpretado por la actriz Hanako Footman. La periodista dijo que la obra es “brillante e importante”, porque destaca la relevancia de prestar atención a los detalles. “Sabía que sería difícil ver cómo se desarrollaba mi error [en la película], pero cuando llegó, sentí como si me hubieran dado un puñetazo en la garganta“, dijo la periodista, agregando que volvió a sentir “la misma vergüenza” que sintió el día que cometió el error más grave de su vida.