Azua, RD.-Para Niurka Torres fue triste y sorprendente cuando al asistir al centro de rehabilitación a recibir sus acostumbradas terapias y allí le informaron que su seguro médico estaba vencido.

La madre de dos hijos, imposibilitada, narra todas las vicisitudes que está pasando, ya que para tener una vida un poco normal ha tenido que someterse a dos cirugías, por lo que se le hace necesario recibir terapias para no depender de un bastón, pero ahora no sabe qué hacer, ya que el seguro le fue suspendido y no tiene con qué pagar las terapias.

Comparte la Noticia: