Chile.-Barricadas humeantes, autos incendiados y el hall del emblemático Hotel O’Higgins completamente destrozado. Viña del Mar, la ciudad chilena que cada febrero desde hace 61 años está acostumbrada a brillar con su famoso festival, amaneció ayer conmocionada tras una noche de extrema violencia.

“No sé qué va a pasar en los días que quedan de festival”, dice a Efe Don Pepe, el portero de un edificio de viviendas en Plaza Vergara, hasta ahora una arbolada plaza del centro de la ciudad y ayer un polvoriento lugar, con semáforos y postes de electricidad caídos.

La protesta llevaba días anunciándose en las redes sociales bajo el lema “Calles con sangre, Viña sin festival” y voces de distintas espectros sociales habían pedido al Gobierno cancelar el certamen para evitar situaciones de violencia.

El Gobierno, sin embargo, decidió organizar un amplio dispositivo de seguridad y seguir adelante con el certamen en un aparente intento de mostrar cierta normalidad, luego de haberse visto obligado a cancelar el año pasado por el estallido social.

Cientos de personas se dieron cita en la Plaza Vergara para exigir la cancelación del certamen musical más famoso de Latinoamérica. “El país no está para celebraciones”, era su consigna- y fueron dispersados con dureza por la Policía con bombas lacrimógenas y carros lanza-aguas.

PROTAGONISTA
Ricky Martin
Ricky Martin fue la atracción de la primera noche del festival. El puertorriqueño escogió 20 de sus éxitos y puso al “monstruo” a sus piezas, una vez más.

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