Yo te quiero, no me mates: fue un grito desesperado y fallido de una de las mortales víctimas de la violencia contra la mujer en República Dominicana. Fue un gemido de mujer enamorada de un marido que se convirtió en su verdugo.

Todos nos preguntamos por qué algunos hombres se suman al promedio anual de feminicidios  de la República Dominicana que ronda los cien. En España, un país vasto y con inmensa población, en promedio ocurre 60 feminicidios  por año.

Los feminicidios  ocurren en el contexto de una relación amorosa, que puede ser de noviazgo, consensual, matrimonial o luego de la separación.
Por lo general cuando ocurre un feminicidios  hay violencia previa contra la mujer. Golpes, trompadas, empujones, fracturas, bofetadas, patadas. Sin embargo pueden ocurrir feminicidios  sin esa violencia física previa. La violencia y maltrato emocional es muy frecuente.

No hay un perfil único de los maltratadores y perpetradores de feminicidios. Algunos son violentos con la mujer y con todos. Otros como el Pitbull sólo maltratan y matan a quien aman. Nadie les conoce como violentos. Son encantadores en la calle con los amigos; pero son bestias salvajes con su mujer y con los hijos.

Hay maltratadores que son muy inestables emocionalmente y explotan en estados de ira y otros pueden ser hipercontrolados. En algunos hay historia de adicciones, en otros no. Algunos son sociópatas, pero todos tienen en común que pueden terminar matando a quien dicen amar.

Descontrol emocional del machista

Hay un punto en las relaciones de abuso machista que se pueden observar celos frecuentes, persecuciones, revisar celulares y las redes. Pueden tener sospechas o pueden confirmar una infidelidad. Los celos, la rabia y el resentimiento nubla en ocasiones a algunos hombres, que terminan quitándole vilmente la vida a sus mujeres o ex parejas.

Cuando se cometen crímenes atroces en los que el hombre mata a su mujer, y a veces a sus hijos o familiares amigos de la mujer, sumado al suicidio del hombre maltratador: estamos frente a un descontrol emocional descomunal.

Una ira desbordada que salpica hasta sus propios hijos. Otras veces esos niños quedan huérfanos sin padre y sin madre.

Apego asesino

No debemos amar o enamorarnos tanto que no le demos un lugar a la separación. Hay que saber aceptar que una relación termina y que nuestra pareja puede estar con otra persona en el futuro. El apego asesino es una condición enfermiza de verse con una mujer en particular sin aceptar la posibilidad del abandono, la separación o la existencia de otra pareja.

La obsesión lleva al perpetrador a imaginaciones torturantes y a una irracionalidad que termina en la muerte de la mujer. El apego excesivo en las relaciones es perverso y puede desencadenar desgracias.

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