Este comportamiento reproductivo jamás fue observado anteriormente en ningún otro anfibio de África.

Una investigación enfocada originalmente en los hábitos alimenticios de la rana Goliat —que habita en Camerún y Guinea Ecuatorial y cuyo formidable tamaño la convierte en la rana más grande del planeta— llevó a descubrir de manera fortuita un comportamiento reproductivo jamás antes observado en ningún otro anfibio del continente africano, informa el portal Science Alert.

Los autores del trabajo —publicado el pasado jueves en la revista Journal of Natural History— notaron que la mencionada especie construye sus propios nidos para desovar en forma de estanques donde sus crías puedan crecer de manera segura.

Para ello, estas ranas, que pesan hasta 3,3 kilos y alcanzan los 34 centímetros de largo, son capaces de mover rocas de más de dos kilogramos de peso, utilizándolas como material de construcción a los bordes de sus ‘piscinas’.

Los científicos identificaron 19 de estos nidos en una franja de 400 metros a orillas del río camerunés de Mpoula, al oeste del país. En 14 de ellos encontraron hasta 3.000 huevos resguardados en su interior. Y a juzgar por la edad de algunos renacuajos, los padres habrían utilizado la construcción en más de una ocasión para desovar.

Asimismo, una grabación en cámara rápida realizada durante la noche en frecuencia de luz infrarroja reveló que los adultos montaban guardia en horas de oscuridad para proteger a su descendencia de potenciales depredadores.

“Las ranas Goliat no solo son enormes, sino que nuestro descubrimiento muestra que también parecen ser unos padres atentos”, expresó Marvin Schäfer, investigador del Museo de Historia Natural de Berlín (Alemania) y autor principal del estudio.

“Creemos que el trabajo pesado que realizan para excavar y mover rocas podría explicar por qué el gigantismo evolucionó en estas ranas en un principio”, concluyó el experto.

“El hecho de que recién ahora hayamos descubierto estos comportamientos muestra qué tan poco sabemos incluso sobre las criaturas más espectaculares de nuestro planeta”, manifestó por su parte Mark Oliver Rödel, otro de los autores de la investigación.

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