Los menores vivían en condiciones brutales y tenían que “ganarse” la comida disculpándose por su supuesto mal comportamiento.

La Policía de la ciudad estadounidense de Fayetteville, en Carolina del Norte, arrestó la semana pasada a una mujer que torturó y asesinó a sus dos hijos adoptados cuyos cuerpos sin vida fueron encontrados dentro de un incinerador.

Avantae Deven, de 63 años, fue declarada culpable de múltiples cargos, incluido asesinato en primer grado, encubrimiento de un homicidio, secuestro y delito grave de abuso infantil.

Caso escalofriante

En abril, la Policía encontró en un incinerador de metal restos humanos que pertenecían a un adolescente de entre 15 y 19 años y a un niño de entre 7 y 10 años. Los investigadores consideran que su madre adoptiva abusó de ellos durante varios años y, finalmente, los mató y desmembró para ocultar pruebas.

Según las autoridades, los menores, identificados como Blake y London, junto con otros tres niños adoptados vivían en condiciones brutales encerrados en una habitación pequeña y oscura. Además, los menores eran constantemente golpeados y recibían poco o ningún alimento, que tenían que “ganarse” escribiendo cientos de párrafos para disculparse por su supuesto mal comportamiento. “Algunos de los niños también fueron golpeados hasta el punto de necesitar atención médica, pero solo se les dieron remedios naturales como miel”, afirmaron los investigadores del caso.

“Creemos que él [Blake] sufrió abusos psicológicos y fue privado de alimentos”, indicó la Policía, agregando que el cuerpo del menor no pudo soportar aquel trato inhumano. Su hermana, London, murió “de la misma manera dolorosa en que murió Blake, por inanición y abandono“, concluyó.

Blake fue visto por última vez en 2012, mientras que London habría desaparecido en 2019. Sin embargo, la acusada no denunció la desaparición de Blake hasta enero de 2024, cuando dijo a las autoridades que vio a su hijo por última vez en 2022 antes de que él se fuera a un retiro budista. En cuanto a London, Deven nunca manifestó sobre su ausencia.

Otra de las niñas adoptadas por la mujer relató a la Policía que vivía bajo un maltrato continuo. “Nos golpeaba mucho porque robábamos comida para sobrevivir. Ella simplemente te arrastraba del pelo y te golpeaba”, confesó.

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