Florida.-Todavía radiante por el nacimiento de su hija Rachelese, Rafael Devers se reportó el viernes al campamento de los Medias Rojas con una gran sonrisa y bate en mano.

“Me siento bien”, dijo Devers. “Obviamente se siente bien estar aquí en el campamento. Sólo quiero darle las gracias a Dios. Es un honor poder estar aquí. Obviamente sigo emocionado por el nacimiento de mi bebé”, dijo Devers. “Eso es lo más importante. Cuando escuché que mi novia iba a dar a luz, hice lo posible para llegar [a la Republica Dominicana] lo más rápido posible”.

Dada la fecha de su llegada, tomará unos cuantos días para que el quisqueyano de 23 años vea acción en los juegos.

Pero no se le debe hacer muy difícil retomar la forma que lo hizo tener una gran temporada (.311/.361/.555, 201 hits, 54 dobles, 32 jonrones) en el 2019.

“Sí, no creo que me tome mucho tiempo aclimatarme nuevamente”, dijo Devers. “Me siento listo, pero voy a pasar por todo el proceso. Estaré listo para cuando me llamen y haré lo que sea necesario”.

Los Medias Rojas necesitarán del bate del dominicano, quien por segundo año consecutivo llega los entrenamientos en excelentes condiciones físicas.

“Quiero mejorar en todo”, dijo Devers. “Siento que no he alcanzado mi tope. Quiero mejorar a la ofensiva, defensa o cualquier cosa en la que pueda entrenar a diario, porque siento que tengo que seguir mejorado. Quiero ayudar a mi equipo a ganar juegos”.

Un día después de que David Ortiz dijera que es un gran fanático de Devers, el antesalista se sintió conmovido por las palabras del “Big Papi”.

“Es bueno escuchar eso, principalmente viniendo de una leyenda como David Ortiz. Crecí viéndolo y lo tengo en un alta estima”, dijo Devers. “Al saber que está viéndome, trato de absorber lo más que pueda de él, porque sé que puede enseñarme cosas importantes para mi crecimiento”.

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