Banco Mundial advierte se podrían elevar las expectativas inflacionarias a largo plazo.

Es un hecho, la inflación aumentó de “manera significativa” en 2022 y en muchos países alcanzó el valor máximo en varias décadas. Incluso, parece haber alcanzado su punto máximo a mediados de año en la mayoría de los países.

No obstante, la preocupación para el Banco Mundial (BM) parece estar en el futuro, pues advierte que la inflación interna en América Latina y el Caribe “podría ser más persistente de lo previsto” en 2023. Así lo afirma en el informe Perspectivas Económicas Mundiales 2023.

Debido a los altos costos que se vivieron en el 2022, se espera que el crecimiento de América Latina y el Caribe se desacelere marcadamente hasta el 1.3% en 2023, para recuperarse un poco, al 2.4%, en 2024. Tal como señala el informe, esa desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial “poco auspicioso”.

Panorama

El Banco Mundial (BM) indica que panorama regional presenta riesgos adversos. Ante unas perspectivas de crecimiento mundial más débil de lo previsto, podría desencadenarse una serie de efectos negativos.

Señalan que podría afectar significativamente los precios de los productos básicos, lo que, a su vez, socavaría la actividad económica de los países exportadores de América Latina y el Caribe. De hecho, destacan que un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales también podría generar tensiones financieras en las economías más vulnerables.

El organismo internacional cita que ante una inflación interna en América Latina y el Caribe más persistente de lo previsto, se podrían elevar las expectativas inflacionarias a largo plazo. No obstante, sostienen que, ante esa posibilidad, para controlar la inflación de forma duradera quizá se requiera un considerable incremento adicional de las tasas de interés.

Sin embargo, también advierten que, si bien esa medida puede ser necesaria, podría frenar aún más el crecimiento a corto plazo. En términos más generales, las proyecciones indican un estancamiento de los niveles de vida en la primera mitad del decenio de 2020, con un crecimiento promedio del PIB per cápita del 0.6 % anual entre 2020 y 2024. Esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales y agravaría los obstáculos que impiden un desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina y el Caribe.

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