Los científicos quieren encontrar la primera fuente de agua en la Tierra
Buscando respuestas sobre cuáles fueron las primeras fuentes de agua de nuestro planeta, un equipo internacional de investigadores ha encontrado una familia de cometas que cuentan con agua similar a la de la Tierra.
Desde el Observatorio Estratosférico para la Astronomía Infrarroja de la NASA, SOFIA por sus siglas en inglés, se pudieron tomar datos del cometa 46P/Wirtanen, que pasó por su punto más cercano a la Tierra en diciembre de 2018, y se descubrió que este cometa contiene agua «similar a la de un océano». Este hallazgo refuerza la idea de que estos cuerpos helados desempeñaron un papel clave para la llegada del líquido a nuestro planeta.
«Hemos identificado un vasto depósito de agua similar a la Tierra en los confines del sistema solar», dijo Darek Lis, un científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, y autor principal del estudio. «El agua fue crucial para el desarrollo de la vida tal como la conocemos. No solo queremos entender cómo se entregó el agua de la Tierra, sino también si este proceso podría funcionar en otros sistemas planetarios», agrega el experto.
Teoría
De acuerdo a una teoría estándar, se cree que la Tierra se formó a partir de la colisión de pequeños cuerpos celestes denominados como planetesimales o protoplanetas, pero estos cuerpos tenían poca agua. Es por esto que ahora los científicos predicen que el 70% de agua de la Tierra provino de cometas que llegaron desde los enfoques distantes del sistema solar.
Para llegar a estas conclusiones los astrónomos analizaron dos tipos de agua, tanto la forma que más típica que conocemos, conformada por la composición H2O, como otra denominada ‘agua pesada’ que contiene deuterio, en un esfuerzo por establecer el origen del líquido. Analizaron de manera remota la atmósfera de vapor de agua que se forma cuando el hielo del núcleo se sublima al acercarse al Sol. Los datos mostraron que la proporción de agua del cometa 46P/Wirtanen es la misma que la de los océanos de la Tierra.
Todavía se necesitan más estudios para ver si estos hallazgos son válidos para otros cometas. Sin embargo, para seguir con las investigaciones hace falta esperar un nuevo acercamiento del cometa, que está pronosticado para noviembre de 2021.
El estudio ha sido publicado en la revista Astronomy & Astrophysics.