“En poco más de 10 años no habrá renovación generacional”, advierte un estudio sobre el tema 

La población de República Dominicana se beneficia en la actualidad con una tasa de dependencia favorecida con el denominado “bono demográfico”, ya que su población cuenta con menos de 66 dependientes (mayores de 60 años de edad y menores de 15) por cada cien individuos potencialmente activos para el mercado laboral.

Sin embargo, su bono pasará en los próximos años a la fase de “impuesto demográfico”, algo que algunos expertos vienen advirtiendo —sin encontrar mucha resonancia en dependencias oficiales— y que se ratifica en el estudio “Misión Dominicana Envejece”, presentado por la Fundación NTD durante la última Feria Internacional del Libro.

El bono, producto de tener una alta proporción de personas de entre 15 y 49 años de edad, garantiza una baja necesidad de soporte para una población dependiente y, por lo tanto, “la asignación de recursos puede direccionarse a la acumulación de capital y crecimiento económico”, resalta el estudio.

Cifras del Banco Central apuntan a que el producto interno bruto (PIB) de República Dominicana mantuvo un crecimiento de más de 4% en los últimos cinco años. Para 2014 se colocó en 7.6% y al año siguiente subió a 7.0%. Luego bajó a 6.6% y a 4.6%, para recuperarse y subir a 7.0% en 2018.

Las cifras sobre el desempeño de la macroeconomía, proclamadas con aliento por las autoridades financieras del Gobierno, podrían variar en el futuro por diversos factores, incluyendo el del envejecimiento de la población.

Dentro de dos décadas, “el país deberá estar preparado para soportar una proporción considerable de su población, sacrificando así parte de los recursos que podrían asignarse en factores que potencialicen el crecimiento económico”, plantea el estudio Misión Dominicana Envejece, entre cuyos autores figuran María Fernanda Ortega, de NTD, y Soraya Montoya González, de la Fundación Saldarriaga Concha, de Bogotá, Colombia.

“La sociedad dominicana está envejeciendo a un ritmo acelerado y por lo tanto debe prepararse para afrontar los desafíos de una sociedad envejecida”, afirma el estudio.

Plantea el desafío de crear un sistema de pensiones que contemple entre sus previsiones el incremento de la longevidad. Además, que el cuidado de la población, incluyendo el servicio de salud, tome en cuenta la dinámica del envejecimiento doméstico.

Una vida más larga

En estos momentos República Dominicana experimenta la fase moderada del proceso de transición demográfica, con una tasa global de fecundidad (TGF) baja y el índice de envejecimiento entre 20% y 32%, plantea la investigación, la cual contó con el apoyo del Instituto Internacional de Envejecimiento de la ONU-Malta.

Estima en 2.29 el número promedio de hijos por mujer en edad reproductiva entre 2015 y 2020 y espera que para 2025-2030 la TGF sea igual a la tasa de reemplazo (2.1 hijos por mujer). “En poco más de 10 años no habrá renovación generacional, dando paso a un inminente envejecimiento acelerado de la población”, advierte.

Recuerda la tendencia hacia la baja de la tasa de crecimiento poblacional que se experimenta desde la década de 1960 y que para 2050 se aproximará al crecimiento nulo. “En el primer quinquenio del período de estudio (1950-1955), la tasa de crecimiento poblacional para República Dominicana era 32.4%, en el período 2010- 2015 fue 12.4%, se espera que en el quinquenio 2050-2055 sea 3.6% y a partir del período 2070-2075 será negativa (-0.1%)”.

Dice que el descenso en la mortalidad convirtió a la sociedad de República Dominicana en más longeva. “En el transcurso de 80 años, los hombres han ganado 32 años en esperanza de vida y las mujeres 33”.

Para 2020 se espera una esperanza de vida al nacer de 72 años en el caso de los hombres y 78 para las mujeres, apunta. “En 1960 un hombre dominicano de 60 años podría esperar vivir, en promedio, 13 años adicionales, mientras que en 2020 la expectativa de vida a esa edad aumenta a 21 años y en 2040 será 23”.

Observa una “feminización del envejecimiento” en el país. Para 1960 una mujer de 60 años esperaba vivir 15 años más, en 2020 sube a 24 años y en 2040 alrededor de 27 años. “Es decir, en los hombres la esperanza de vida a los 60 años aumenta 10 años, mientras que en las mujeres aumenta 12 años”.

Estima que para 2050 las ciudades tendrán alrededor de 125 mujeres por cada 100 hombres y en el entorno rural 97 por cada 100. Para 2013 en República Dominicana el 27.3% de los hogares tenía al menos una persona de 60 años o más y en el 13% al menos una de 70 años o más.

“Al cabo de 30 años será la primera vez en un siglo que los niños y adolescentes dejan de ser el grupo de edad con mayor proporción, para darles lugar a los adultos jóvenes y adultos de mediana edad, es decir, quienes más pronto serán personas mayores”, advierte.

Poca atención

Francisco Cáceres Ureña, director de Censos y Encuestas en la Oficina Nacional de Estadística (ONE), lamenta que los gobiernos y, la sociedad en sentido general, presten poca atención al tema del envejecimiento de la población dominicana.

Entiende que “Misión Dominicana Envejece” debe tener una mayor difusión y discusión, sobre todo a nivel del Estado, por su responsabilidad frente a la sociedad. “Nuestra población está envejeciendo. A mediados de la década de 1970 se comportaba como lo que se llama el máximo biológico: cerca de 8 hijos por mujer. Ahora estamos en poco más de 2 hijos por mujer. eso implica una disminución de la fecundidad bárbara”.

Recuerda que, tal como plantea el estudio, al mismo tiempo la gente tiende a ser más longeva, lo cual significa que la parte alta de la pirámide, con mayor edad, empieza a engrosar y la baja, de menor edad, a estrechar.

“Cada vez hay menos aportes, vía fecundidad, a la reposición del a fuerza de trabajo. Al mismo tiempo que, vía la reducción de la mortalidad, el aumento en la población longeva aumentaría la población, digamos, dependiente; dependiente porque ya entró a la etapa de jubilación o simplemente porque ya no puede trabajar”.

Los niños menores de 10 años constituían el 32.8% de la población del país en 1950, el 29.3% en 1980, el 21.35% en 2010, mientras constituirán el 16.32% en 2030, resalta Cáceres Ureña.

A su vez, la población de 65 años y más concentraba el 2.74% en 1950, el 3.06% en 1980, el 5.84% en 2010, mientras que en 2030 será el 9.97%, es decir, 10%. “En otras palabras, uno de cada 10 dominicanos pertenecerá a la población adulta mayor”, dice. “Por tanto, formará parte de un grupo poblacional cuya vida, en gran medida dependerá del azar, dado de que, desde la perspectiva de la planificación nacional, podría decirse que es poco lo que se está haciendo, pues no se está tomando en consideración en su justa dimensión”.

Afiliación a ARS

El estudio señala que los cambios en mortalidad implican que mientras en 1950 el sistema de salud debía enfocar el cuidado de los menores de cinco años y educar a los adultos con esos fines, en la actualidad su reto se concentra en la atención de la carga de enfermedad que trae consigo el envejecimiento relativo de la población.

Plantea que desde el inicio de la reforma del sistema de salud se observan mejoras en cobertura. Reseña datos de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) que señalan en 2016 el 87.1% de los adultos mayores se encontraba afiliado por alguna aseguradora de riesgos en salud (ARS), una cifra tres veces mayor a la observada en 2007.

“En 2016, el 57.9% del adulto mayor está afiliado al régimen subsidiado, 26.8% al régimen contributivo y 2.4% pertenece al Plan Especial de salud para pensionados y jubilados”, dice.

Sin embargo, añade que pese a la alta tasa de afiliación, el país mantiene retos importantes en términos de uso y acceso efectivo a los servicios de salud. “Del 39.5% de adultos mayores que registraron un problema de morbilidad reciente, solo el 29.8% recibió atención en salud dado dicho problema”.

La vejez en el Presupuesto

En el Presupuesto aprobado para este 2019 el Estado consigna para la “atención integral de adultos mayores” un total de RD$494.6 millones. Este monto incluye RD$120.6 millones para “dirección y coordinación” y RD$307.7 millones para acogida en centros geriátricos.

A protección legal destina RD$7.3 millones; a educación básica, técnica, cultural y recreación, RD$1.5 millones; a subsidios sociales, RD$18.9 millones; para inclusión, RD$17.6 millones; para servicios de salud, RD$11 millones y para apoyo al grupo vulnerable en pobreza extrema, RD$10 millones.

La Presidencia de la República asigna directamente RD$1.8 millones a la Fundación Dominicana de Protección a la Niñez y la Vejez Desvalidas, mientras que destina otros RD$86.7 millones a organizaciones sin fines de lucro vinculadas a la población de adultos mayores, las cuales reciben RD$86.7 millones a través del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape). Salud Pública, en cambio, destina RD$700,000 a la Fundación Casa de Ancianos Sagrado Corazón de Jesús.

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Por El Dinero